Real Madrid | La intrahistoria
"Estoy feliz, todo llegará"
Neymar recuperó la sonrisa tras sus dos goles decisivos a Ecuador
Neymar batió a Elizaga y salió corriendo en dirección al banderín de córner, donde acabó sepultado por titulares y suplentes. Minutos antes, Pato había anotado un golazo celebrado con tibieza por sus compañeros, que acudieron en fila como feligreses. El tanto de Neymar suponía algo más que un simple gol. La euforia del grupo denota el respaldo que tiene el chico, que concluyó la celebración recibiendo la enhorabuena de Menezes.
El segundo tanto de Neymar, cuarto de los brasileños ante Ecuador, tuvo una celebración más discreta. Un agradecido abrazo al asistente, el avasallador Maicon, abrió un rosario de besos y carantoñas. Cuando la tablilla apareció en la banda con el dorsal número 11 en el minuto 81, Neymar cruzó el campo recibiendo la felicitación de los compañeros que se iba encontrando por el camino. Un apretón de manos al cuarto árbitro cerró su actuación ante Ecuador. Menezes le dedicó un gesto cariñoso al llegar al banquillo y los suplentes le saludaron efusivamente.
Zona mixta.
Minutos después le espera una zona mixta más agresiva que la defensa ecuatoriana. 400 periodistas hacinados en 25 metros de pasillo que concluyen en un recodo antes de enfilar el autobús de la canarinha. Ese es el sitio. 100 policías custodian a los aficionados, quienes campan a sus anchas por la zona de prensa, hasta que el encargado de comunicación brasileiro advierte del hecho a la Policía. Ante las escasas probablidades de acceder a los protagonistas descartamos la fuerza y apostamos por la picardía. A unos metros se sitúa el presentador de la versión brasileña de Caiga Quien Caiga, quien tras conversar con el jefe de comunicación de la CBF, convierte su micrófono en la meta volante camino del autobús. En la facultad debería existir una asignatura obligatoria llamada Zona Mixtas. Haber jugado al rugby ayuda, y dos percusiones después estamos junto a CQC. Dani Alves, Robinho, Pato... Neymar pasa de largo en un primer momento, pero el jefe de comunicación le llama la atención y deshace el camino. Comienza serio: "Mi celebración no iba dedicada a nadie, no era ningún reproche". "He marcado por fin, es lo que pretendía. Quiero ayudar a Brasil como hago con el Santos", advierte. Le hablamos en español y rápidamente gira la cabeza al reconocer el idioma. "¿Te veremos pronto por Madrid?", disparamos a quemarropa. Sonríe y responde: "Estoy feliz, todo llegará. Ahora toca descansar y pensar en Paraguay". Al darse la vuelta se topa con Tadeo Orfali, fotógrafo de AS, que le muestra una portada que reza 'Rey de América'. Neymar le guiña pícaramente y levanta el pulgar antes de subir al bus. Desde el interior nos dedica varios gestos cómplices antes de emplazarnos al partido de cuartos en La Plata.
Finalmente, el autobús se estropeó camino del aeropuerto y Brasil ingresó al hotel de Campana, Buenos Aires, a las 04:30, con dos y media de retraso. Fred y Neymar animaron la espera. El delantero es feliz. Todo llegará. Los goles y...