Liga BBVA | Arsenal
No variarán estrategias con Arsenal y Udinese
Ingleses e italianos quieren más por Cesc y Alexis
Ser campeón de Europa tiene sus ventajas, pero también sus inconvenientes. Después de haber encandilado a todos los aficionados del mundo con un fútbol tan vistoso como efectivo en los últimos años, a los dirigentes azulgrana les toca ahora el deber de tener que pelear con sus homólogos rivales que tienen a piezas que encajarían a la perfección en la maquinaria orquestada por Guardiola para reforzar lo que sería su cuarto proyecto. En este sentido, ni Udinese ni Arsenal se desprenderán de Cesc ni Alexis Sánchez a las primeras de cambio, de lo que se entiende que el esfuerzo deberá ser mayor.
En ese sentido, Josep Maria Bartomeu, vicepresidente culé del área de fútbol y Andoni Zubizarreta, director deportivo, han pinchado con hueso. Ni la familia Pozzo ni los gerentes del equipo londinense, están por hacer tonterías y seguirán ahogando al Barça por sacarles el máximo beneficio por los jugadores que interesan, aunque en las oficinas del Camp Nou no pretenden variar la estrategia y quieren que sean los futbolistas los que ayuden a forzar un poco más su llegada al Camp Nou.
En este sentido, todos toman como referencia y ponen como ejemplo a Mascherano, que salió el pasado verano de Liverpool para Barcelona tras ayudar al conjunto catalán con dinero de su bolsillo. Esa sería un buen resultado para resolver la ecuación de los fichajes este caluroso verano.
Negativa a los cuatro intentos
Hasta el momento, que se haya filtrado, en Barcelona ha hecho cuatro tentativas por futbolistas para reforzar el equipo. José Ángel (Sporting), Femenía (Hércules), Alexis (Udinese) y Cesc (Arsenal) fueron pretendidos por los catalanes. Los dos primeros para estar a caballo entre el filial y el grupo de Guardiola; los otros dos para ser piezas importantes en el engranaje. Pese al potencial y la admiración despertada, ninguna de las operaciones pudo ser cerrada con éxito. Asturianos y alicantinos pedirían más dinero por sus promesas, mientras que italianos e ingleses exigen más millones por desprenderse de sus cracks.