Aires de bochorno en la reelección de Blatter

La plácida jornada diseñada por el suizo Joseph Blatter para ser reelegido presidente de la FIFA resultó ser agónica. A primera hora de la mañana, David Bernstein, presidente de la Federación Británica de Fútbol, tomó el micrófono: "Me han dicho que es mejor no intervenir, pero esta es una organización democrática. Nos encontramos en una situación que no es satisfactoria. Sufrimos críticas universales de gobiernos, patrocinadores, medios de comunicación y del público. Una coronación sin adversario supone un mandato que posiblemente no sería del todo objetivo. Por ello pido un periodo adicional para presentar otras candidaturas".

La comparecencia del inglés fue contestada por un desfile de presidentes, como los de Haití, República Democrática del Congo, Chipre o Fiji, que defendieron desde el estrado el derecho de Blatter a presentarse sin oponente y criticaron a Bernstein por "plantear la suspensión en base a sospechas que no aportan una pizca de verdad".

Minutos después se producía la votación, no prevista en el orden del día, en la que el Congreso rechazaba la propuesta de aplazar la elección con 172 votos en contra, 17 a favor y 17 abstenciones, sobre un total de 206. Pese a estar abocada al fracaso (necesitaba el 75% de los votos), la iniciativa inglesa hizo público el desacuerdo de más de 30 federaciones. "No tuvimos éxito, pero fue positivo ver cómo otras naciones se unían a nuestra petición democrática. No estamos solos", señaló Bernstein.

Superado el mal trago, Joseph Blatter encaró el trámite de certificar la confirmación de su cuarto mandato como presidente de la FIFA. La votación, realizada con papeleta secreta y en urna, arrojó un resultado de 186 votos favorables, de los 203 emitidos, a la reelección del helvético. Decisión que fue saludada con una ovación tras confirmarse su renovación en el cargo. Una vez reelegido, Blatter propuso reformas en la institución como la designación de las sedes de los Mundiales por parte de los 208 miembros del Congreso, y un cambio significativo en la Comisión de Ética, cuyos miembros serán elegidos también por el pleno. Así resta poder al Comité Ejecutivo, epicentro de los últimos escándalos sucedidos en la institución.

Posteriormente, Julio Grondona, que se presenta a la reelección en la AFA, federación que preside desde 1979, valoró como "un éxito financiero" el ejercicio 2007-2010, puntualizando que las reservas de la FIFA se elevan a 1.280 millones de dólares.

Para concluir, una voz disonante, la del presidente de la federación alemana de fútbol, Theo Zwanziger, que solicitó que se investigue el procedimiento de designación del Mundial 2022 de Catar. "Hay un grado considerable de sospechas que no se deben desechar. Considero que deben replantear la decisión", apuntó Zwanziger en la ZDF. Preguntado por Blatter, declaró escuetamente "seguramente no sea el hombre del futuro de la FIFA". Lo será, al menos, los próximos cuatro años.