Huyendo del infierno

De las 243 combinaciones que hay para que de los seis equipos implicados uno acabe descendido, el Mallorca se iría al infierno de Segunda únicamente en seis supuestos. El equipo de Laudrup sólo tiene el 2,47 por ciento de probabilidades de no conseguir la permanencia.

En su huida del descenso, el conjunto balear recibe a un Atlético de Madrid que aspira a la quinta o la sexta plaza y necesita ganar y que no lo hagan Athletic o Sevilla para conseguir su objetivo último de no ser séptimo.

Como era previsible, Quique Sánchez Flores volvió a dejar fuera de la convocatoria, la última oficial de la temporada, a Diego Forlán, evidenciando que su relación con el uruguayo es de "una complejidad poco normal", como declaró el técnico. Porque es poco normal que dejes al segundo jugador mejor pagado de la plantilla fuera de un partido que tienes que ganar. Y porque la complejidad de su relación ha viciado los últimos días de convivencia en el grupo y en el entorno colchonero. Quique es aún quien decide y ha decidido dejar fuera a Forlán, a quien no le computaba si entrenaba bien o mal esta semana porque no iba a entrar en la lista hiciera lo que hiciera.

A lo Laudrup.

El Mallorca ha llegado a la última jornada jugándose la permanencia cuando durante toda la temporada nunca dio sensación de que correría peligro de descender. Michael Laudrup deberá demostrar su progresión como entrenador en un partido al límite como el de hoy. No debe ser equiparable la posición de entrenador a la del gran futbolista que fue el danés, pero hoy cuenta con una oportunidad de sacarse un planteamiento 'a lo Laudrup' igual que los pases sin mirar que hizo populares él como crack mundial que fue.

Los colchoneros quieren ganar para optar a ser quintos o sextos, un mal menor después de su irregular actuación en la Liga BBVA, y para ayudar al Getafe a quedarse en Primera. Quique porque empezó ahí su carrera como técnico de élite y los jugadores porque quieren a Toni Muñoz de director deportivo.

La afición local se movilizó, habrá lleno y ambiente de Primera

Ni los más viejos del lugar recuerdan haber visto el cartel de no hay billetes en los accesos del recinto mallorquinista. En dos ocasiones sucedió que la afición llevó en volandas al equipo en busca de la permanencia: en la 2001-02 ante el Valladolid y en la 2004-05 contra el Betis. En el estadio habrá 50 kilos de confeti, 3.000 globos, 500 banderas, 1.000 metros de cinta roja y negra que circundará las gradas y la bandera gigante que ondeó en Elche cuando el Mallorca ganó la Copa en 2003. Se regalarán 10.000 bocinas para hacer ruido.