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Liga Adelante | Betis - Tenerife

Sevilla huele a ascenso

El Betis subirá virtualmente si derrota al Tenerife

Sevilla huele a ascenso
morenatti

Se viste Heliópolis con traje de gala, la cita lo requiere porque ganando al Tenerife sólo un milagro del cielo o los despachos evitaría el ascenso del Betis a Primera. Con la victoria, los verdiblancos dormirán a 15 puntos del Celta más un amplio e insalvable goalaverage general. Virtualmente hecho quedaría, de matemáticas si los celestes pinchan en El Helmántico. Y todo, aunque ande pululando por ahí una reclamación del Granada con dirección a ninguna parte. Que nadie se corte mañana (o esta noche) de correr hacia la Plaza Nueva. Allá el club si prefiere no sacar los tanques, perdón, los buses a la calle.

"Esto no lo estropea ni el Betis", comentaba ayer un sevillista guasón. Tampoco parece que nada ni nadie pueda evitar ya la caída del Tenerife a Segunda B. Por Heliópolis sobrevuelan en la noche ángeles que preludian el paraíso, pero también la muerte convertida en Vampiro Negro. Sí, el campo del Betis se transforma en uno de esos lugares justo a mitad de camino entre la gloria y el infierno. Si pierden y el Nàstic no pierde en Huelva, los isleños quedarían a 12 o más puntos de la salvación a falta de cuatro jornadas. Auténtico desastre institucional y económico para un equipo que en agosto partía con gran vitola de candidato al ascenso.

Venganzas. Las cuentas por sí solas llenarían muchas portadas, pero en este caso vienen además aliñadas por varios protagonistas. Perro flaco, lo que le faltaba al Tenerife, es no poder contar con su mejor goleador, casi el único: Nino. Dicen que su ausencia y no los malos resultados conseguirán que Amaral opte por otro sistema, un 4-3-3. A Mel le preocupan más los defensas. Sin Nacho ni Lopes, ahora se le cae seguro Dorado.

Hablando de centrales: a Sevilla tampoco viene Melli, hijo pródigo que se marchó a la Isla este año. Corren los tinerfeños el riesgo de que les apuntille Rubén Castro, matador grancanario, con gustazo de eterno rival. Ya marcó un golazo en el Heliodoro. Por cierto que el choque también destila vendetta, aunque el beticismo no tenga fama de rencoroso: hace 22 años, en la promoción del 89, el Tenerife cambió al Betis su puesto de Primera por uno de Segunda. La venganza se suele servir fría y el infierno, muy caliente.