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Liga Adelante | Córdoba 1 - Betis 1

Un pasito más hacia Primera

Molina empató un gol tempranero de Charles. El Córdoba pone el descenso a cinco puntos. El Betis sube el jueves si gana al Tenerife y no lo hace el Celta

<b>GOLEADOR. </b>En la imagen, Charles intenta controlar un balón con la oposición de Belenguer. El brasileño, que marcó pronto, no pudo  luego con el defensa verdiblanco.
GOLEADOR. En la imagen, Charles intenta controlar un balón con la oposición de Belenguer. El brasileño, que marcó pronto, no pudo luego con el defensa verdiblanco.

Un punto para cada uno en el Nuevo Arcángel, resultado que los temerarios tildarían de cobarde pero que los estadistas, que también le dan cuerda al fútbol y más que los románticos, calificarán como lógico, puede que hasta ideal. El Córdoba respira una mjita después de que el Salamanca le apretara el sábado la corbata en Vallecas. El Betis alarga su ya kilométrica distancia sobre el Celta y pone en cuatro puntos las matemáticas de su ascenso a Primera. Ya no podrán los béticos marcharse a la Plaza Nueva nada más ganarle al Tenerife el mismo miércoles, pero... Sí que subirían justo 24 horas después, si el Celta no logra la victoria en El Helmántico. Celebración sui géneris, sí, pero ¿no es esa la esencia del club de las Trece Barras?

Al Córdoba le sobraron 80 minutos de partido y al Betis, 10. No dieron para más los locales ni para menos los visitantes, a los que ya son muchos los rivales que zarandean en los inicios... Para morder el polvo a continuación. Los malpensados lo llamarán dejadez o indolencia; los psicólogos lo denominan suficiencia, superioridad. Este Betis de Mel siempre da la sensación de que acabará ganando y ayer también pasó durante buena parte del encuentro, aunque la cosa finalizara en el 1-1.

Dormido saltó al césped el Betis, como contra el Barça B o contra el Numancia para no tener que ir más lejos. Sin reprís y despeinado, casi sin despertar. Ayer, además, los verdiblancos acusaban una defensa de circunstancias que con el paso de los minutos empeoró todavía más. Sabía Lucas Alcaraz que el diestro Isidoro haría de improvisado lateral izquierdo y por ese flanco ordenó percutir a sus hombres. A los dos minutos, De Coz sirvió con tranquilidad el 1-0 a Charles. A los siete, un participativo Callejón se había internado ya por su banda hasta tres veces para desesperación de Mel.

Dominio bético y calor. No mató el Córdoba y se sobrepuso el Betis. Producto de la arenga de su entrenador, del calor reinante, de su orgullo. De los miles de béticos que no pararon de animar. Beñat sirvió a Molina el tanto del empate y el propio mediocentro vasco e Iriney se hicieron con el mando del partido. Alberto Aguilar y Usero corrían tras la pelota, Juanma, que ha llegado a este final de temporada con las pilas cargadísimas, se internaba una y otra vez en el área cordobesa. Ni siquiera las lesiones de Dorado y Lopes, recompuesta la defensa bética, alteraron una gran media hora de dominio verdiblanco. Sólo faltó más puntería, un día mejor para Rubén, que se le aleja el Pichichi, y sobre todo alguien con una pizca más de último pase. ¿Salva Sevilla? El Córdoba lo intentaba a la contra pero la sensación era que el Betis marcaría tarde o temprano, pues sólo las patadas de Richy (espiado por el Betis), De Coz o Alberto Aguilar eran capaz de parar las acometidas rivales.

Pero llegó el descanso, apretó el calor. Pensaron uno y otro equipo, seguramente, que un punto no puede saber mal a estas alturas y la segunda parte tuvo menos de enfrentamiento que de tregua. Ni siquiera Ezequiel, participativo pero poco vertical, contribuyó a que el Betis mantuviera el ritmo acosador del primer tiempo. Alcaraz recurrió a Javi Flores y Pepe Díaz para buscar una contra pero ninguno casi apareció. El Betis circuló más en horizontal que vertical y sólo puede rescatar una ocasión digna de resumen, la que Molina mandó muy alto cuando encaraba a Alberto y se llegaba al descuento.

Al Córdoba le tocará sufrir en el epílogo otro año más, aunque la permanencia con cinco puntos sobre el descenso y con un gurú como Lucas en el banquillo pueda verse más rosa que negra. En el Betis, lugares comunes a su historia peculiar. Escenario muy currista, a medio camino entre el arte y la comicidad, el de terminar el jueves a medianoche de comerte una tortilla en casa de tu madre y enterarte de Er Beti, tu Betis, acaba de subir a Primera División. Apuesten si quieren: no cabrá un alma en la Plaza Nueva.