El Barça sufre para seguir con cinco puntos de ventaja

El Barcelona volvió a la senda de la victoria ganando en el Camp Nou al Athletic de Bilbao por dos goles a uno. Los de Guardiola dejaron aparcados los fantasmas aparecidos tras los últimos resultados con un partido que dominaron claramente durante la primera mitad. Tras el descanso, los bilbaínos se mostraron más incisivos en ataque y pusieron en aprietos a los culés. Villa adelantó al Barcelona cuando sólo habían transcurrido cuatro minutos de la primera parte. A los tres de la segunda Iraola empató al transformar un penalti cometido por Busquets sobre Fernando Llorente. Messi marcó el tanto definitivo en la recta final. El conjunto catalán mantiene cinco puntos de ventaja sobre el Real Madrid y el Athletic, a pesar de sumar su segunda derrota consecutiva, sigue asentado en puestos europeos.

El Athletic aterrizó en Barcelona dispuesto a medir el estado de forma del líder en su particular y tradicional cuesta de febrero. Tras el empate ante el Sporting y la derrota ante el Arsenal, los culés estaban obligados a despejar cualquier tipo de duda acerca de su juego y de su capacidad para mantenerse al frente de la clasificación. Para ello, Guardiola no dudó en sacar de inicio todo lo que tenía ante un equipo que ya demostró en Copa que sabe defenderse con orden en terreno hostil. La lesión sufrida por Valdés en el entrenamiento matutino permitió a Pinto debutar esta temporada en Liga. Caparrós sí introdujo varios cambios respecto a su once habitual. La suplencia de Muniain y Toquero junto a la titularidad de Iturraspe dibujó un sistema mucho más defensivo del habitual en el equipo bilbaíno.

El Barcelona se erigió en dueño y señor del partido desde el pitido inicial. El conjunto catalán se hizo con el dominio absoluto del balón ante un Athletic replegado en defensa con la intención de contener la embestida inicial de su rival. La resistencia de la zaga vasca duró tan sólo cuatro minutos, los que tardó Villa en fusilar a Iraizoz tras una jugada tan preciosista como dudosa por posible fuera de juego previo de Dani Alves. Ni Ramírez Domínguez ni sus asistentes detuvieron el juego y el primer gol subió al marcador. Los rojiblancos, lejos de arrugarse con el tanto recibido, protagonizaron un par de jugadas de ataque con Fernando Llorente como protagonista que pusieron en algún que otro aprieto a la retaguardia local. Aún así, la propuesta ofensiva bilbaína con un solo punta parecía insuficiente para devolver el empate al marcador.

Los de Guardiola cercaron por completo la portería de Iraizoz sometiendo al meta y a la defensa visitante a un acoso permanente que redujo las ideas ofensivas de los hombres de Caparrós a continuos intentos de lanzar contragolpes que acababan muriendo una y otra vez en la línea de tres cuartos. El monólogo en el que el Barcelona convirtió el partido hacía prever problemas para el Athletic. Así, poco antes de la media hora de juego David Villa mandó al larguero una vaselina que estuvo muy cerca de significar el segundo gol del partido. Con el paso de los minutos, la escasa presencia del equipo vasco en ataque fue diluyéndose debido a la creciente falta de precisión en la salida hasta convertir a Fernando Llorente en un islote al que al balón le resultaba imposible llegar.

A diez minutos del descanso llegó la mejor ocasión de gol para el Athletic durante la primera mitad. Un balón en largo que corrió Gabilondo acabó con un centro al área del donostiarra que remató Llorente y al que respondió Pinto con una estirada prodigiosa. La oportunidad fallada espoleó a los 'leones', que aumentaron la presión sobre la salida del balón de un Barcelona que seguía con la idea de sentenciar el partido con un segundo tanto lo antes posible. Con la ventaja mínima para los locales se llegó al intermedio de un partido destinado a resolverse en los segundos cuarenta y cinco minutos a pesar del claro dominio culé en el primer acto.

La escasa presencia en ataque del Athletic obligó a Caparrós a colocar junto a Llorente a su escudero habitual, Gaizka Toquero. La entrada del gasteiztarra fue una clara declaración de intenciones por parte del técnico andaluz. Si en el primer acto fue el Barcelona el que comenzó dominando y marcando, en el segundo fue el Athletic. Un claro penalti cometido por Busquets sobre Fernando Llorente fue ejecutado por Iraola para devolver de nuevo la igualada al marcador. Con las tablas en el electrónico el partido subió rápidamente de revoluciones y no tardó en hacer aparición la polémica. Ramírez Domínguez, que concedió el primer gol del partido en posible fuera de juego, terminó de redondear una noche nefasta en el apartado arbitral: un fuera de juego señalado a Toquero en idéntica posición al gol que abrió el marcador, una amarilla mostrada a Piqué que pudo ser roja y un claro penalti de Javi Martínez a Messi fueron los nuevos borrones del expediente del andaluz.

Ambos equipos mostraron claramente cual iba a ser su guión para la recta final del partido. Los locales siguieron con la iniciativa del juego sometiendo a un bombardeo constante a un Athletic que daba prioridad a las tareas defensivas. Hubo que esperar al último cuarto de hora del choque para que el Barcelona se adelantara de nuevo en el marcador con un gol de Messi que acabaría siendo definitivo. Iraizoz mantuvo con opciones a los suyos hasta el último suspiro con intervenciones decisivas a disparos de Villa y Messi. Los tres puntos sirven al Barcelona para mantener la ventaja sobre el Real Madrid. El Athletic, que dejó una gratísima impresión en su visita al feudo azulgrana, suma su segunda derrota consecutiva, aunque esta no le aparta de los puestos europeos.