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Liga BBVA | Almería 3-Espanyol 2

El Almería vuelve a vivir

3-0 en 18 minutos. Acaba en susto final del Espanyol

<b>VIBRANTE. </b>Luis García y el brasileño Michel pugnan por un balón en un partido que tuvo mucha intensidad.
VIBRANTE. Luis García y el brasileño Michel pugnan por un balón en un partido que tuvo mucha intensidad.c. barba

El Almería ha aprendido algo de los 16 goles que ha recibido del Barcelona en tres partidos. Los ocho últimos en Copa. Hizo prácticas con el Espanyol, vecino culé. A los 18 minutos ya ganaba por 3-0. Marcelo Silva, Uche y Bernardello dejaron en evidencia a la defensa perica y a Kameni, que se tragó los goles. También robó el Almería una de las señas de identidad del Espanyol. Salió con una intensidad que no había mostrado en toda la temporada. Extraña que los blanquiazules salieran tan aletargados.

Debieron llevarle los demonios a Pochettino, que empezaba a soñar con la Champions y recibió un soberano repaso de uno de los colistas, que ya no lo es. Sin embargo, dice el argentino que no cree que sus hombres salieran "espesos". El fútbol le lleva la contraria en este caso. En su discurso es difícil que encuentre excusas para Kameni. Tampoco para Amat, que empezó la tarde comiéndose el remate de Marcelo Silva.

El 2-0 llegó tan pronto, que el bofetón dejó al Espanyol contando estrellitas. Y ni siquiera se puede decir que fuese un golazo. Un par de amagos de Uche ante unos defensas algo timoratos y un disparo con la derecha que no pasaría del aprobado de no ser por la colaboración desinteresada de Kameni. Tardó diez minutos más en dar algún aviso (tímido) el Espanyol de la mano de Callejón y Sergio García, que no mojó pero que hizo un excelente trabajo para su equipo. Pero justo cuando el Espanyol se levantaba de la lona, llegó el zarpazo de Bernardello. Esta vez Kameni puede alegar como atenuante que Luis García la rozó. Pero no, no era su tarde...

Tres goles después, despertó de su siesta el Espanyol, que se hizo con el balón y empujó al Almería hasta los dominios de Alves. Se movió en una posesión superior al 60 por ciento el cuadro perico. Verdú acortó distancias tras una jugada embarullada que empezó y finalizó él mismo.

Tenía razón Oltra cuando hablaba del carácter de este Espanyol de Pochettino. Levantó la barbilla y cambió los aires de fiesta del Mediterráneo por un continuo murmullo. El estadio en pleno llegó a ver más cerca el empate del Espanyol que el triunfo rojiblanco. Porque el Almería no supo matar el encuentro, algo que suena a broma después de un 3-0. Álvaro, que había entrado por Forlín, acortó distancias tras un gran centro de Chica. Entre medias, Ulloa mandó fuera dos remates de cabeza, uno de sus fuertes.

El propio Álvaro renunció al carnet de héroe echando fuera un balón que era el empate. Kameni quiso arreglar el desastre sacando un tiro a Feghouli y subiendo a rematar una falta en el minuto 94. Pero fue remar para morir en la orilla del Almería, que grita a los cuatro vientos que sigue con vida.