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El Presidente del Oviedo aún no firmó la venta a Pegaso
Fuentes próximas a la negociación han confirmado que la operación se mantiene intacta y sin contratiempos si bien la firma documental en una notaría de Cancún no tuvo lugar.
El presidente y máximo accionista del Real Oviedo, Alberto González, tiene previsto viajar esta madrugada, hora española, desde la ciudad mexicana de Cancún a España, si bien apenas unas horas antes de emprender el regreso aún no se había firmado la venta del club asturiano al grupo azteca Pegaso, con cuyos responsables existe un acuerdo.
Fuentes próximas a la negociación han confirmado que la operación de compra por parte del grupo Pegaso se mantiene intacta sin que se hubieran producido contratiempos que apunten un revés en la negociación, si bien la firma documental en una notaría de Cancún, prevista para las 13 horas de hoy en México, no tuvo lugar.
La confianza en que finalmente la operación concluya con éxito se ha visto reforzada a raíz de que el presidente ejecutivo del Atlante, José Antonio García, el principal valedor de la compra del Real Oviedo por parte del grupo Pegaso, propietario también del Atlante, publicara en las últimas horas en Twitter la siguiente frase: "A destapar las sidras y el tequila, vamos a brindar por el Oviedín".
La compra-venta del 40 por ciento del accionariado de la entidad asturiana, sobre la que ambas partes han alcanzado un "pacto de caballeros" el pasado mes de diciembre, se ha desarrollado en distintas fases, que han deparado tras el primer entendimiento entre las partes un principio de acuerdo y la redacción de un convenio, cuya firma está fijada para finales de este mes de enero.
El Real Oviedo, actualmente en Segunda División B, es uno de los equipos históricos del fútbol español, por el que el grupo azteca Pegaso ha mostrado interés de la mano de José Antonio García, descendiente del asturiano David García, un emigrante de la localidad de Illaso, en el municipio de Villayón, quien ha reconocido que, de niño, siempre soñó con "lograr entrar en el estadio del Oviedo", y ahora "si todo sale bien", podrá "estar en un lugar especial".
Tras el descenso de Primera división en el año 2001, el conjunto ovetense cumple este año su décima temporada alejado de la máxima categoría, militando en Segunda B e inmerso en una delicada situación económica, con nostalgia del pasado y con la mirada centrada en la esperanza de un futuro mejor de la mano de nuevos propietarios.