Liga BBVA | Mallorca 4 - Almería 1
Laudrup se venga de Oltra
El Mallorca devuelve la goleada tras la Copa. Piatti perdonó en el minuto uno. Mateu Lahoz no vio un penalti claro de Kevin (72'). El Almería se hunde
Las alegrías en el fútbol son promiscuas. Hoy están contigo y mañana se abrazan al de enfrente. Por eso hay que saber saborearlas en el momento y tener claro que lo mejor es olvidarlas cuanto antes. Y pensar que llegará la siguiente. Porque en este deporte, el que se queda en el pasado (por reciente que sea), acaba con cara de póker. Que se lo digan a Laudrup o a Oltra. Después de dos mazazos del Almería en la Copa (sendos 4-3), el Mallorca se venga con un 4-1. No negarán los aficionados de ambas escuadras, ganadores al margen, que han sido una gozada para la vista. 19 goles en total. Por momentos, transportan a aquellos famosos Atlético-Barça -y viceversa- de los goles. Pero la moneda, decíamos, cayó de cara para Laudrup esta vez. Sin rotaciones, su Mallorca es superior a un Almería que se hunde en la tabla y que grita que necesita fichajes a los cuatro vientos.
Esta vez ni Piatti pudo con el Mallorca. La tuvo en el minuto uno. Astuto como siempre, superó a Aouate con un toque sutil. Pero el balón, al contrario que el jueves, se marchó fuera por poco. El argentino, brazos en cruz, parecía intuir la que se le venía encima al equipo rojiblanco. Porque este Mallorca, el de la Liga, no suele conceder segundas oportunidades en el Iberostar.
Martí se marchó lesionado en el minuto 11. Lejos de descontrolar la zona de creación bermellona. sirvió para que De Guzmán se adueñara del todo. Cuajó un partido absoluto. Futbolistas así, de ida y vuelta, hacen bueno cualquier sistema, a cualquier entrenador. Exótico en su origen (nacido en Canadá, con ADN jamaicano y filipino y con pasaporte holandés), dio la nota en el tercer 'derbi' entre Mallorca y Almería. Se marchó sin el premio del gol, que mereció más que nadie. Una veces por Alves y otras por su propio ímpetu. No obstante, no empaña su relevancia.
Complicó a Alves en la falta del primer gol. El brasileño rechazó como pudo y Ramis aprovechó para marcar de cabeza, ayudado por un toque final de Acasiete sobre la línea. Acasiete, ay, Acasiete. Y Jakobsen, ay, Jakobsen. Demuestran que para ser futbolista no siempre hay que valer. A veces hay gente que llega, sin más.
El festival del humor lo comenzó el lateral zurdo danés. Con el balón absolutamente controlado en sus pies, se echó una siesta. Joao Victor se lo robó y centró al corazón del área, donde un avispado Víctor fue el más listo y llegó a remacharla antes que nadie.
Tras el descanso, Webó obligó a Alves a esforzarse y De Guzmán no atinó en el rechace. Contestó el Almería, que sacó casta y también a Ulloa. El Ciclón casi cantaba un gol de cabeza cuando el esférico se topó con Piatti, que fue el mejor defensa posible para el Mallorca. La fortuna, como las alegrías, va de esquina en esquina. Porque un minuto después ayudó a Crusat a poner el 2-1, con un buen tiro desde el borde del área que rozó en Webó antes de entrar e hizo inútil la estirada de Aouate. Pero en pleno éxtasis, el viento volvió a llevarse la suerte a otro rincón.
Acasiete, envidioso de Jakobsen, perdió la pelota ante Webó en circunstancias similares a las de su compañero. El camerunés, gigante en un sentido muy amplio, la sirvió en el área. Víctor, con el retrovisor bien ajustado, se abrió de piernas y dejó que llegara franco para Nsue. El canterano chutó con el alma y puso el 3-1 segundos después del arañazo de Crusat.
Desenlace. Dice Laudrup que este gol fue clave en el partido. Y pueda que tenga razón. Su peso psicológico fue devastador. Pero olvida además que Kevin sacó con el brazo un balón a Piatti en la misma línea de gol. Mateu Lahoz miró para otro lado. El Almería se volcó con más fe que precisión. El Mallorca, desatado, siguió como un martillo pilón. Alves sacó dos a De Guzmán, pero el brasileño no pudo con Pereira, que marcó un golazo tras varios amagos a una zaga rojiblanca que es de mantequilla.
El Mallorca disfruta su revancha exprés. El Almería ya sabe que la Copa no se juega los domingos. Tras tres partidos, han aprendido mucho los unos de los otros.