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Liga BBVA | Almería 1 - Zaragoza 1

Oltra y Aguirre se eclipsan

Gabi hizo el 0-1 de penalti. Piatti empató de cabeza en el minuto 78. Diego Alves evitó que el Zaragoza se adelantase antes. Goitom falló al estilo Abreu

<b>EL EMPATE. </b>Piatti, en el momento que remata ante Leo Franco el balón del 1-1.
EL EMPATE. Piatti, en el momento que remata ante Leo Franco el balón del 1-1.

Pensarán Lillo y Gay que esto ya lo sabían hacer ellos. Porque ni el Almería ha ganado todavía en casa en esta Liga, ni el Zaragoza lo ha hecho lejos de La Romareda. No hay efecto Oltra, ni efecto Aguirre. Nada. Empatan los dos últimos de la clase en un partido en el que un punto no sirve. Se neutralizan, se tiran piedras los unos a los otros. Andan intentando sacar la cabeza, pero siempre hay alguien que les agarra por el tobillo y les empuja hacia abajo. Eso es lo que hicieron ayer los dos equipos, ponerle zancadillas al otro. Porque estuvieron toda la tarde ladrándose sin morderse. Y cuando al fin uno es capaz de adelantarse, el otro reacciona y le empata.

No andan tan mal en lo futbolístico y eso es lo más sangrante. Al menos, extrayendo fases de ambos conjuntos en la tarde de ayer. Hay un buen grupo de equipos por encima que no juegan mucho mejor. Algunos se acordarán del tal Murphy y su dichosa ley.

El Zaragoza, que llegaba a Almería con once nuevo, como de costumbre, encontró pronto fugas en la liviana defensa rojiblanca. En el minuto dos ya había avisado Jarosik de cabeza tras un córner. Parecía el equipo de casa, mandando sobre un Almería que comenzó con un punto de agresividad y sin ideas. Pero en esos guiones Kalu Uche se siente el bueno de la película. Le gusta aparecer de repente, sin que nadie le invite. Se escapó de dos defensas en el extremo derecho en una jugada a mitad de camino entre la fortuna y la habilidad. Llegó a línea de fondo y sirvió el gol más claro de la temporada a Goitom. El sueco, nadie sabe por qué, envió el balón a un atónito y sorprendido Leo Franco. Este fallo le hará más famoso que si hubieses marcado. Ya les pasó a Abreu y Palermo otrora.

Y la vida siguió mientras el Mediterráneo se cebaba con su delantero. Ese desconcierto lo aprovecharon Jorge López, Gabi y Bertolo para adueñarse del partido. El argentino obligó a Alves a obrar un nuevo milagro. Aunque quizá en esta ocasión, también fue más demérito de Bertolo que otra cosa. El Almería, que lucha con sus propios demonios, ofreció poco más antes del descanso. Apenas una jugada de Uche y un despiste de Edmilson que casi redime a Goitom.

Salió más espabilado de la caseta el Almería, que comenzó a monopolizar el balón pero disparó con balas de fogueo. El Zaragoza, menos Zaragoza desde la salida de Jorge López, se arrinconó hasta encontrar el punto más débil de su crecido rival. Lafita se internó en el área, vio delante a Rigo (debutante junto a Lillo) y le sacó un penalti de pardillo.

Diego Alves se acercó a Gabi para descentrarle, pero el centrocampista acomodó tranquilamente el esférico en la cal y le batió. Casi es noticia que le marquen de penalti al brasileño. Debió afectarle, porque casi hace la jaimitada de la tarde en un mal control que Marco Pérez no supo aprovechar con la puerta vacía. Habría sido la sentencia.

Pero a estos dos perros flacos que son el Zaragoza y el Almería le duran mucho las pulgas y poco las alegrías. Uche, que venía avisando, volvió a hacer una de sus desconcertantes jugadas. Se sacó un centro envenenado que cayó del cielo a la cabeza de ese pillín llamado Piatti. De poder verse con 0-2, a encontrarse con un gol de cabeza de un delantero de 1,63. El más bajo de toda la Liga.

Desenlace. A esas alturas, el partido ya llevaba roto un buen rato, con muchos quiero y ningún puedo. Lafita y Gabi lo intentaron de lejos sin suerte. La misma que le faltó a Piatti, que recorrió más de medio campo a una velocidad endiablada y con la pelota cosida al pie. Sólo Ponzio pudo alcanzarle, ya en el área, y evitar males mayores. Consumieron ambos equipos el partido como quien apura un cigarro, hasta el filtro. Pero ni el tiro de Ponzio ni la falta final lanzada por Uche venía con final feliz.

Les tocará sufrir a Almería y Zaragoza, que ven pasar otra jornada con pocos puntos en el bolsillo y una calculadora cruel que no entiende de sensaciones, de losas psicológicas, de justicias.