Cristiano, qué máquina

Real Portugal. Cristiano Ronaldo se ha empeñado en hacer historia y que su nombre quede inmortalizado en el Hall of Fame del Bernabéu. Está desatado. El mes de octubre ha sido el de su explosión futbolística en plan bomba racimo. Saca goles de la nada, irrumpe con una fiereza descomunal, discute con los compañeros porque la ambición por ganar le impide frenarse ante nada ni ante nadie, elude la camilla tras un pisotón de su compatriota Tiago Gomes que pudo dejarle sin tobillo (¡y Clos no le sacó ni amarilla!), dobla las manos de los porteros rivales, alcanza un registro de Guinness (37 goles en Liga en 38 partidos jugados), traslada al campo como nadie la ambición desenfrenada de su jefe Mourinho... ¡Ese portugués, qué bueno es!

Sin miedo. El Barça-Madrid ya se está jugando y eso que todavía queda un mes para el Clásico del Camp Nou. En la víspera del partido del Rico Pérez, unos graciosos detuvieron su coche en plena madrugada frente al Hotel NH Alicante donde se hospedaba el líder para poner a todo volumen el himno del Barça. El efecto de la treta duró unos minutos. El tempranero gol de Trezeguet (ya le ha metido cuatro al Madrid, ¡vaya con el francés!) hizo pensar que la gamberrada había surtido efecto. Pero contra Mourinho no hay antídoto conocido. Basta analizar los cambios que hizo. De cum laude. Quitar a Pepe para sacar a Benzema sólo se le ocurre a un genio como él. Pepe estaba nerviosillo y, durante cinco minutos, el futuro Balón de Oro de los banquillos probó a Khedira de central. En ese interregno, el Madrid apuntilló su victoria gracias a la conexión Benzema-Cristiano. El francés, aprovechando la noche de Halloween, dejó claro que este muerto está muy vivo firmando dos acciones que habilitaron al pichichi de la Liga para destrozar el orgullo herculano. Sólo Mourinho puede salvar a Benzema. Y lo hará. El talento se tiene o no se tiene. Si Mou le arranca de cuajo su habitual indolencia, Benzema acabará ayudando al líder a ser más líder. Allez, Karim!

Costa Blanca. El paraíso para el madridismo habita en esta bendita tierra. Van 20 visitas ligueras ante el Hércules y ni una sola derrota. Acusaron la ausencia de Drenthe, pero no se le puede pedir más al Boquerón Esteban. Un entrenador con presente y con futuro. Un tipo que sabe manejar grupos. Por eso le mojó la cara al Barça en el Camp Nou. Pero este Madrid es inabordable. Ante Cristiano, Higuaín, Di María, Benzema, Özil y Súper Alonso no hay nada que hacer. Como me dijo el veterano Antonio Ruiz en la peña de La Granja: "Este es el primer Madrid en mucho tiempo que me recuerda al mío. Gente muy joven, con calidad, enorme capacidad de lucha y un hambre por ganar insaciable. Y todo gira en torno a una figura única. Allí era Di Stéfano. Aquí es Cristiano". Maestro, usted sí que sabe. ¡Hala Moudrid!