Europa League | Atlético de Madrid 1 - B. Leverkusen 1
Del nihilismo al empate ramplón
Pésimo primer tiempo del Atleti. Quique sustituyó a Forlán en el descanso. El juez de gol indicó al árbitro el penalti del empate. Mérida cambió la decoración.
El vigente campeón de la Europa League lo va a tener muy complicado para superar la fase de grupos en esta edición de la segunda competición europea. El Atlético de Madrid realizó un nefasto primer tiempo y el Bayer Leverkusen, sin florituras, se fue al descanso con un 0-1 que se antojaba escaso para los méritos cosechados por ambos equipos.
Los colchoneros se marcaron una primera mitad sin nada de juego, nada de ritmo y sin ningún fútbol combinativo. A los jugadores del Atlético no les salía y volvieron a parecer mucho peor de lo que son.
La noche no prometía. Enterarse al llegar al Manzanares de que el Kun Agüero iba a ver el partido desde la grada bajó la moral de los euroabonados colchoneros. Fue un bajonazo. Se recordó la mala decisión de su precipitada reaparición ante el Barcelona y se evocó la violenta entrada que le hizo Gurpegi, que se quedó sin castigo, por cierto. Tampoco jugaba Fran Mérida de principio, otro de los alicientes previos.
El Bayer Leverkusen fue como un motor alemán diesel y, machaconamente, fue haciéndose con el partido. Sin contar con ninguna ocasión clara, se aproximó hasta en cinco ocasiones al área de De Gea. Llegaba casi sin querer al gol. El primer, y único, remate entre los tres palos del Atlético en la primera mitad llegó con un disparo lejano de Diego Forlán en el minuto veinticinco. Seguían los alemanes a lo suyo, sin brillantez, pero con tenacidad, y a siete minutos del descanso, Hyypia, como casi siempre hace en los saques de esquina, conectó un cabezazo y el rechace le cayó al bullicioso Derdiyok que empalmó una volea para batir a De Gea.
El Atlético había vuelto al nihilismo futbolístico, a la nada como propuesta, de muchos partidos de la última década. Lo mejor que podía pasar es que llegara el descanso. Y en la reanudación llegó la sorpresa porque Quique Sánchez Flores, además de sacar a Tiago por Raúl García, decidió sustituir a Forlán y dar entrada a Fran Mérida, hecho noticioso porque al uruguayo no se le había sustituido en el descanso. Y el Atlético ciertamente mejoró. Fran Mérida dio movilidad al equipo. El Atlético salió con más mordiente y apretó a los de Jupp Heynckes con mayor agresividad que en la primera mitad (tampoco era difícil). Las incorporaciones de Ujfalusi y Filipe Luis, que también las habían intentando en la primera mitad, fueron más eficaces.
De penalti.
El empate llegó con la ayuda del juez de gol. Uno de esos árbitros de área, que suele estar como un pasmarote al lado de la portería, indicó al árbitro principal un más que riguroso penalti por derribo de Hyypia a Mérida. Simao hizo el empate desde los once metros y el Atlético creó varias ocasiones y las más claras las remató desviadas Reyes.
El Atlético intentó la remontada. La entrada de Fran Mérida cambió la decoración, pero en partidos como el de anoche se echa en falta a Jurado, sobre todo el cuerpo técnico del Atlético. El conjunto rojiblanco tiene complicada la continuidad en la Europa League y el empate ramplón fue un mal menor porque Helmes tuvo la victoria para el Bayer Leverkusen en el minuto 86' y marró un gol que parecía cantado.