El Atlético no despega en Europa

El Atlético de Madrid sigue sin lograr la victoria esta temporada en Europa League tras empatar a un gol ante el Bayer Leverkusen en la segunda jornada de la fase de grupos del torneo. La sobriedad y el orden del conjunto alemán hizo que los de Heynckes durante la primera mitad se mostraran superiores a un rival con un gran despliegue físico pero con un paupérrimo bagaje ofensivo. Tras el descanso, los de Quique lograron darle la vuelta a la tortilla y convirtieron el segundo acto en un monólogo con acento español. Derdiyok adelantó al Leverkusen minutos antes del intermedio tras una serie de rechaces en el área de De Gea. Un inocente penalti de Hyypia sobre Fran Mérida pocos minutos después de la reanudación dio a Simao la posibilidad de empatar el encuentro. Los rojiblancos quedan como farolillo rojo del grupo B del torneo con un punto de seis posibles.

Segunda jornada de la Europa League y primera 'final' de la temporada para el Atlético de Madrid. Tras la derrota sufrida ante el Aris de Salónica, el conjunto rojiblanco recibió al Bayer Leverkusen sin margen de error. Sumar los tres puntos era una condición impepinable para que los de Quique no se descolgaran y comenzaran a jugar con la posibilidad de darse el gran batacazo en Europa a las primeras de cambio. Con llamamiento incluido de Quique a la afición, se preveía un Atlético lanzado al ataque pero sin descuidar la defensa ante el peligroso juego aéreo del rival, acrecentado por la ausencia del lesionado Godín. Agüero acabó siendo descartado de la convocatoria al mostrarse aún renqueante de la lesión sufrida en San Mamés.

El partido comenzó presidido por un excesivo respeto entre ambos conjuntos que provocó que De Gea y Adler vivieran plácidamente durante el primer cuarto de hora. Las imprecisiones de locales y visitantes provocaron que el juego se concentrara en el centro del campo, donde ambos intentaban hacerse con la posesión del balón y el dominio del choque. Fue el conjunto alemán el que salió victorioso de la batalla que se dirimió en la medular logrando acercarse en varias ocasiones a la frontal del área rojiblanca y probando suerte con varios disparos lejanos que no pusieron en apuros a De Gea. A medida que pasaban los minutos el Bayer se comenzó a mostrar más cómodo sobre el césped, todo lo contrario que los de Quique, que no llegaban a entrar definitivamente en el partido.

Las continuas pérdidas de balón atléticas y la lenta transición del balón de la que hacía gala el equipo del Manzanares provocó que Adler se marchara al descanso con el uniforme impoluto. Un disparo lejano y centrado de Forlán fue el pobre bagaje ofensivo del conjunto español en la primera mitad. El despliegue físico realizado por los jugadores colchoneros no se vio traducido en ningún momento en buen juego ni tan siquiera en jugadas comprometidas para el conjunto rival. Cuando parecía que se llegaba al descanso con el empate a cero en el marcador, el Bayer vio premiada la sobriedad y el orden de los que hizo gala durante los primeros cuarenta y cinco minutos. El jugador más activo del equipo alemán, Derdiyok, adelantaba a su equipo tras una serie de rechaces en el área local. Poco después, Barnetta estuvo cerca de dejar helado el Vicente Calderón con un potente disparo al que respondió De Gea con una parada marca de la casa.

Quique no perdió ni un segundo e inició el segundo acto con dos sustituciones en su equipo. Tiago y Fran Mérida entraron en lugar de Raúl García y Forlán. De esta forma, el equipo madrileño se reestructuró con Reyes en banda izquierda, Simao por la derecha, Tiago como pareja de Assunçao en el mediocentro y Fran Mérida como enganche con Diego Costa, único punta rojiblanco. La medicina aplicada por el técnico local tuvo un efecto inmediato. A los seis minutos de la reanudación, Hyypia cometió un inocente y absurdo penalti sobre Fran Mérida cuando el balón se perdía por la línea de fondo que se encargó de transformar con suspense el portugués Simao. El empate supuso una inyección de moral para el Atlético y un mazazo no esperado para el Bayer, lo que provocó que el equipo español se hiciera con el dominio del juego.

La respuesta de Jupp Heynckes tampoco se hizo esperar y efectuó un doble cambio para dotar de mayor frescura a su equipo dando entrada a Rolfes y Bender en lugar de Balitsch y Vidal. Helmes por Derdiyok fue el tercer cambio en el minuto 66. Todo de lo que careció el Atlético en la primera parte le sobró en la segunda: velocidad, precisión, ritmo, atrevimiento, imaginación y finalización. El empuje local obligó al Leverkusen a replegar sus líneas y a salir al ataque con cuentagotas. A poco más de veinte minutos para la conclusión Reyes gozó de la mejor ocasión de su equipo en el partido, pero el remate de cabeza del sevillano a puerta semivacía se fue muy desviado cuando la afición atlética ya estaba en pie para celebrar el gol de la remontada. Helmes la tuvo también para su equipo, pero su remate raso lo atrapó con solvencia David de Gea. El Atlético atacó hasta el último suspiro, pero no pudo lograr el gol que la victoria y se queda como último clasificado del grupo B de la Europa League con un punto de seis posibles.