Ozil llega justo a tiempo

El anuncio del fichaje del talentoso Ozil no pudo ser más oportuno. Si el madridismo hubiese tenido un altavoz para manifestar tras el bodrio de Lieja su estado de ánimo, pocos jugadores se habrían librado del enfado de una afición exigente para la que no existe la palabra 'amistoso'. En el Madrid todo es trascendente y el buen sabor de boca que dejó el viernes el empate-victoria de Múnich se fue al garete ayer con el empate-derrota en la cuna de Carlomagno.

Mourinho está en su derecho de mirar todo y meter en su meticulosa probeta todos los experimentos que se le ocurran. Por eso se explica ver a Benzema e Higuaín juntos (la probeta estalló), a Drenthe haciendo de Marcelo (qué les voy a contar que no sepan del gran Royston) o a Khedira desplazado a un costado para evitar chocar con Xabi Alonso en su zona de influencia (fue peor el remedio que la enfermedad). La mezcla fue tan gris que la cara A del disco (la de la segunda parte con los jugones en el campo) fue casi peor que la B. O sea, decepción absoluta.

¿Su último gol?

El bolo belga, que se jugó en un estadio que se tomó la cita como si fuese una semifinal de Champions, nos mostró a un Van der Vaart tan motivado como hundido. Me explico. El holandés de Chiclana sabe que la llegada de Ozil (el turco es mejor y eso es ley de vida), le condenará al banquillo y puede que hasta a la grada cuando se recupere Kaká y reaparezca cuando lleguen las nieves de enero. Por eso, su golazo de falta y su posterior no celebración recordó a lo que hizo hace un año Sneijder en Anoeta. Rafael es el jugador de los descartes con más valía para hacer caja y como en esa zona de creación también está el emergente Canales, queda claro que si hay una buena oferta por VDV, éste hará las maletas.

Por eso, el fútbol plano y parsimonioso que se vio en Lieja aumentó la ilusión que despertó el oportuno fichaje de Ozil. Un jugador con encanto, diferente, de los que levantan la cabeza y la ponen donde quiere y debe. Ozil dará a Mourinho ese toque sutil que tenía la sopa del ratoncito de Ratatouille. Ozil evitará que el Madrid sea un mecano sin grietas. Imaginación al poder...

Al menos, el partidito de marras sirvió para constatar que por alto nos comen la tostada (Benteke ametralló a Dudek) y que el tal Opare es un buen lateral, aunque en el Castilla no existió. Los nuevos fichajes blancos tampoco lucieron (Khedira me preocupa), a excepción de Canales. Bajo la sombra de Ozil crecerá sin presión. En este rubio de oro hay pelotero para muchos años. Y me quedo con Cristiano. Chupa, vale. Pero es el único que lo intenta a toda máquina. Su rabona fue para enmarcar. Si fuera tienda en vez de futbolista, sería un 24 horas...