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México - España | La contracrónica

España Infinita

En el descuento se encendió el tiqui-taca. Xavi vio una autovía hacia Silva y gol del canario pleno de talento e ingenio. Somos los campeones del Mundo. Hace un mes de la gesta, pero cuántos recuerdos vuelven... ¡Viva España!

<b>PASEO A LOS CAMPEONES. </b>La selección de Meza le hizo paseíllo a España al inicio del partido en el Estadio Azteca. Casillas, en el centro, con la Copa del Mundo.

Inolvidable. Permítanme que no desperdicie muchas líneas en hablar de lo sucedido en el mítico Estadio Azteca. Eso era lo de menos. Miré el calendario y vi que era 11 de agosto. Justo un mes después del Spain Day. Me dio por pellizcarme varias veces. Llegué a hacerme daño. Incluso me salió un moratón en el brazo. Pero no hubo dolor. Sólo una sonrisa interminable, serena, plagada de recuerdos que me pusieron la piel como un erizo de mar. Por mi cabeza pasó el mano a mano de Robben con Iker que consagró el Pie de Dios de Casillas, el sufrimiento heroico de Xabi Alonso sobreviviendo a una patada de kárate que puso colorada la camiseta naranja de Holanda, el derechazo inolvidable de mi paisano Iniesta que puso en pie a 47 millones de españoles, esa Copa de Oro volando al cielo de Johannesburgo mientras mis ojos derramaban a escasos metros lágrimas de agradecimiento por tanto bueno...

Un mes. Ha pasado un mes y ya soy consciente de lo conseguido. Por fin hemos despertado del sueño. Propongo que hoy se pongan todos la camiseta de España e invadan las playas y piscinas de la piel de toro para gritar más fuerte que nunca el "¡campeones, campeones, oé, oé oé". Que sí, que somos los reyes del Mundo. Yo soy español, español, español

México lindo. Demos las gracias a coro a nuestros hermanos de este país maravilloso que siempre nos acogió como si fuéramos su segunda patria. Nos hicieron el pasillo con todos los honores y batieron palmas sinceras por ese equipo que estrenó camiseta con una estrella que nos obliga a partir de ahora a ser mejores y más ejemplares. Ayer dimos la cara en el santuario de Pelé, Maradona y Juanito (¡aquí metió dos goles bajo la lluvia el genio de Fuengirola!) y el meritorio empate final aumentó la leyenda de La Roja. Señores, habrá que recordar que esto no era un partido, ni siquiera un simulacro de amistoso. Era un aquí te pillo aquí te mato que contó con la complicidad de Villar, ese Yo Claudio del siglo XXI al que le da igual el jet-lag, el riesgo de lesiones y la imagen que pueda dar la mejor selección del planeta Tierra. Todo sea por el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución. Con Villar no hay 'Mal de Moctezuma que pueda'. Ándale, Ángel

Ojo a Chicharito. Este chico tiene duende. Ya nos avisaba Maldini en el Carrusel de verano que el 14 de los Águilas Verdes podía aprovecharse de la falta de rodaje de Arbeloa, Puyol y Marchena. Ferguson, viejo zorro, echó el lazo a este diablillo azteca que se cuela entre líneas como lo hacía Butragueño por estas tierras hace un cuarto de siglo. Chicharito metió su chicharrito en un despiste que llevó a los miles de inquilinos del Azteca a cantar entre olés las combinaciones de los suyos, para deleite de Guardado y Vela, los otros jugones de este equipo que apunta maneras para el Mundial de Brasil 2014. No descarto una final España-México y un maracanazo en semifinales con los nietos de Pelé preguntándose de dónde salieron esos artistas de rojo que juegan al fútbol como imaginan la vida. Con calidad

España Infinita. Ya que estoy de vacaciones en la tierra de Revilla y Canales, rindo homenaje a su eslogan más conocido. Esta España es como Cantabria. Se puede ganar o perder, pero nadie quiere perdérsela