Mundial 2010 - Octavos | Uruguay - Corea del Sur
Forlán contra la nostalgia
Uruguay no llega a cuartos desde el 70. Corea, el rival.
En Uruguay el fútbol es genético. Sólo eso explica que un país con una población semejante a la de Madrid capital (menos de 3,5 millones) haya ganado dos Mundiales, catorce Copas América, dos oros olímpicos y produzca jugadores de élite sin cesar. Pero hace demasiado que la celeste no está a la altura de su historia: no alcanza los cuartos de un Mundial desde 1970. Hoy la espera puede acabar.
Porque tras una primera fase sobresaliente en la que cada partido fue mejor que el anterior, Uruguay se ha ganado un cuadro dulce: Corea del Sur en octavos, EE UU o Ghana si se atreve a mirar más allá. Y Tabárez ha formado un equipo acorde con el calibre de la misión. Muslera no ha recibido un gol aún gracias a una defensa muy sólida donde Lugano es rey. Un mediocampo sensato, trabajador, duro y con las ideas claras. Y arriba... Dinamita.
A falta de un medio creativo, Forlán se ha retrasado y ha asumido esa responsabilidad con éxito. Que además haya tenido tiempo para meter un par de goles da idea del calibre del futbolista. Delante de él, dos estrellas aún en crecimiento: Luis Suárez y Cavani. Ajax y Palermo, sus equipos, les tasan en 25 millones por cabeza. Eso en el mercado actual tiene un nombre: fenómenos.
Irregulares.
En cuanto a Corea, de más a menos. Efervescente ante Grecia, avasallada por Argentina y sólo eficaz frente a Nigeria. Le ha bastado para pasar la fase de grupos fuera del calor del hogar por primera vez en su historia. Sus armas ofensivas son sencillas: velocidad por los costados con Chung-Yong Lee y Ji-Sung Park y balón parado (tres goles ya así). Sus centrales son lentos y aún andan buscando a Messi, Kun e Higuaín. Pero pese a sus limitaciones tendrán opciones si logran meterle un ritmo alto al partido. Cuanto más descontrol, más felices.
Sobre todo si la descontrolada es Uruguay, si el peso de la historia le afecta, si vuelve una y otra vez al Maracanazo. Como tantas cosas, nadie ha explicado mejor que Eduardo Galeano el lastre de la celeste: "Si aprendiéramos de ella, bien, pero no: nos refugiamos en la nostalgia cuando sentimos que nos abandona la esperanza, porque la esperanza exige audacia y la nostalgia no exige nada". Forlán y cía deben elegir: nostalgia o esperanza.
No pudieron entrenar en el Nelson Mandela Bay
La preocupación por el estado del césped también ha llegado Port Elizabeth. El delicado estado del terreno de juego ha provocado que no se haya permitido a Uruguay y a Corea del Sur entrenar en el Nelson Mandela Bay. De esta forma, en la mañana de ayer los jugadores y técnicos del conjunto uruguayo pudieron visitar el campo, estuvieron en el estadio pero no pudieron ejercitarse en él. El Nelson Mandela acogió el Inglaterra-Eslovenia el pasado miércoles, partido durante el que llovió abundantemente lo que hizo que el césped sufriera mucho y se deteriorara. A lo largo del día de ayer operarios han estado trabajando para mejorarlo, incluso sustituyendo trozos de césped.