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Laporta-Rosell: siete días de convivencia pacífica
Aun así, Sandro lo denunciará a partir del 1 de julio
Los resultados de las pasadas elecciones arrojaron unos resultados tan abrumadores que Joan Laporta no ha tenido más remedio que felicitar al futuro presidente, Sandro Rosell, y poner su granito de arena hacia una transición pacífica.
Todo el mundo dudaba de que esto fuera a suceder, pero lo cierto es que, siete días después de la jornada electoral, no ha habido una palabra más alta que otra y ambos han mantenido una actitud, por lo menos, cordial. De hecho, el actual presidente y el electo se reunieron el pasado lunes a primera hora de la tarde para empezar a preparar el traspaso de poderes. Rosell, que ya anunció que no haría declaraciones hasta el 1 de julio, hizo un gesto con el pulgar hacia arriba indicando que el encuentro fue bien. Sin embargo, lo que es una incógnita saber es si la actual directiva mantiene al corriente de las cosas a la futura. Es decir, ¿está al tanto Rosell de los posibles traspasos que está gestionando Laporta y su equipo, como por ejemplo el de Touré?
Cordialidad y buenas maneras al margen, Rosell ya advirtió que seguía en su cabeza la idea de demandar a Laporta por injurias durante la campaña electoral a partir del 1 de julio, fecha en que éste dejará de ser presidente del Barcelona. Quedan escasos dos semanas para que el nuevo mandatario tome posesión. ¿Durará hasta entonces la paz Laporta-Rosell? Veremos.
Laporta se despidió de los socios con una carta
Joan Laporta se despidió ayer de los socios del Barcelona con una carta en la que definía como "un viaje irrepetible, un honor, el honor más grande" la presidencia del Barça. "Un reto inmenso, apasionante", así describía la experiencia. Laporta se definía "satisfecho y orgulloso" de su gestión. Esgrimía, además, que se comprometió a dedicar sus mejores años de vida "a hacer un club más fuerte, más vivo y sano para situar al Barça en la primera línea deportiva y mediática mundial. Para hacer un Barça moderno e innovador". Añadía que su compromiso era "profesionalizar el club, recuperar la catalanidad y dotar de contenido la idea del més que un club". Laporta considera que en sus siete años de mandado construyó un modelo de que permitió "vivir el mejor periodo de la historia del Barça": "El Barça más catalán y solidario ha sido el más universal y, competitivamente, el mejor", apostillaba.