España - Suiza | La contracrónica
Quien ríe el último...
Las Bodas de Oro de España en los Mundiales resultaron dolorosas. Pese a lanzar 23 veces sobre la portería suiza, un gol ilegal de Gelson le sirvió a la tropa de Hitzfeld para cantar victoria. Pero ya se sabe que quien ríe el último...
Cornada helvética. Vaya palo que nos hemos llevado todos. ¡Qué bajón! Estos suizos serán muy neutrales, pero en eso de tener suerte son los reyes del Mambo. Es imposible sacar más botín con tan poco esfuerzo. Nos pasamos toda la tarde dando muletazos, pero no fuimos capaces de arrancar un solo olé de esas gradas vestidas de rojo pasión gracias a la fe de 7.000 fieles a esta Selección que llevamos cosida en nuestro corazón y a la que tanto nos duele ver caer así. Me preocupa que ayer rescatáramos en Durban todos nuestros demonios familiares. ¿Quién atacó? España. ¿Quién arriesgó? España. ¿Quién galopó insistentemente sobre la portería del espabilado Benaglio? España. ¿Quién propuso? España. ¿Quién dispuso? España. ¿Quién ganó? Suiza. Como diría mi amigo Gatti: "¡Esto es fútbol!". Me resisto a creer que esto vaya a engrosar nuestra particular Sala de los Horrores. Que no. Que desde Viena somos ganadores. Que no volverán los negros presagios. Que los fallos de Cardeñosa, Arconada y Julio Salinas ya están enterrados. Que no hay complejo que valga. Que vamos a levantar esto. Que vamos a derrotar a Honduras y a Chile con tiqui y taca, con Xavi y Torres, Alonso y Villa, Navas y Cesc, Iniesta y Pedro, Silva y Llorente, Ramos y Piqué, Puyol y Casillas... El coche se quedó con las cuatro ruedas boca arriba, pero el cinturón de seguridad nos salvó de un desenlace peor. Pasemos página ya. El próximo lunes Sudáfrica, Mandela, los zulúes, los afrikaners y el mundo entero sabrán tras el España-Honduras que estamos vivitos y coleando. ¡Podemos!
'Blatterato'. Déjenme que me guste en este párrafo, ya que llevo años doctorado en la materia arbitral. Después de lo de Al Ghandour en Corea ya sabíamos que para la FIFA somos unos pobres de pedir. Nos tangaron con alevosía, y eso que Villar estaba en la Comisión Arbitral de la FIFA. Pues ayer el tal Webb vio cómo su linier nos tomaba el pelo (Webb ya no tiene) dando por bueno el gol suizo, pese a que Gelson estaba en fuera de juego tras habilitarle Derdiyok en una pirueta que incluyó en el lote de ilegalidades una patada a Piqué, que abrió una brecha en la cabeza del gigante barcelonés. Por cierto, también a Silva le hicieron un penalti en la primera parte, sin que el referee inglés se inmutase. No son excusas, es que ya huele. Y Villar bostezando en el palco del estadio Moses Mabhida. Mejor me voy a morder la lengua...
Un palito. España siempre navegó en la dirección adecuada, pero la lesión de Iniesta (¡ánimo, Andrés!) y el bajo momento de nuestros dos arietes (Villa y Torres) nos hizo jugar algo atropellados y sin puntería. Lo nuestro fue fútbol-ketchup. O sea, creer que sacudiendo al bote hacia abajo todo el rato terminaría cayendo el tomate. Ni siquiera se puede echar esta vez la culpa al demonizado Jabulani. ¡Lástima ese trallazo imperial de Xabi Alonso al larguero!
Marea roja. No me puedo olvidar de los miles de valientes que han agujereado su bolsillo para ir a Sudáfrica en la busca de un sueño, ni de los 77.000 compatriotas que viven en Suiza y hoy aguantarán las bromas de sus vecinos, ni de los millones de hormiguitas que nos quedamos aquí con cara de Mortadelo tras este 0-1 absurdo e inmerecido. Pero ya he reaccionado. Ahora mismo doblo mi apuesta por el triunfo final de esa España mía, esa España nuestra...
Invasión. Hago una llamada a toda la afición. El domingo me embarcaré junto al boss Relaño en un vuelo rumbo a Johannesburgo para dar aliento a La Roja. Nosotros creemos y ustedes también. Todos para allá.