Benítez deja el Liverpool y el Inter está a la espera

Rafa Benítez se lo temía tras su último partido en Anfield y se despedía de los visitantes con un "a ver dónde nos vemos la próxima vez". Al final, el español ha dejado de ser el mánager del Liverpool por "acuerdo mutuo", es decir, porque no le han dejado llevar a cambio las reformas para que el club continúe siendo competitivo. Como Rafa y su familia sospechaban, su marcha era cuestión de tiempo porque desde hace semanas Benítez tenía el poder pero el club le había retirado su autoridad. Sin el apoyo de los dueños, ni tampoco de los directivos, no tenía sentido continuar a cargo de un barco a la deriva, sin dinero, sin los prometidos inversores y que en los próximos años deberá acostumbrarse a luchar por el cuarto puesto.

En tres reuniones, Rafa quiso convencer al nuevo presidente, Martin Broughton, que podía luchar por títulos como se le exigía si se le daba dinero y la posibilidad de reinvertir en la plantilla lo recaudado por la venta de futbolistas. El preparador español acordó ayer un finiquito de casi siete millones de euros, 3,5 a pagar al contado y 3,3 a plazos. El director ejecutivo Christian Purslow y Kenny Dalglish, que trabajaba en la cantera, se encargarán de escoger al próximo entrenador, quizá Martin O Neill (Aston Villa), Roy Hodgson (Fulham) o el propio Dalglish.

El Inter podrá iniciar oficialmente las conversaciones con su agente, Manuel García Quilón, y en Italia se da por seguro su llegada. El grupo de futbolistas con los que AS se ha puesto en contacto querían dejar claro que nadie le ha hecho la cama al preparador. "Hemos quedado séptimos y llevamos cuatro años sin títulos: eso es lo que ha acabado con Benítez", afirma un futbolista de peso del Liverpool. Gerrard está pensando abandonar el club de su vida porque nada sugiere que sea capaz de luchar por la liga y Torres decidirá qué hacer cuando sepa hacia dónde se dirige su equipo.