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Liga BBVA | Sevilla 2 - Barcelona 3

El Barça gana pero se tortura

El Sevilla, con diez, le hizo sufrir hasta el final. Messi, Pedro y Bojan firmaron el 0-3 en 65' perfectos. Los de Guardiola serán campeones si ganan al Valladolid.

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<b>CELEBRACIÓN. </b>Los jugadores del Barcelona sufrieron por la reacción del Sevilla y disfrutaron, al final, de la victoria porque se sienten campeones.
CELEBRACIÓN. Los jugadores del Barcelona sufrieron por la reacción del Sevilla y disfrutaron, al final, de la victoria porque se sienten campeones.

Fiel a su historia de encuentro con el fatalismo, el Barça casi agarró su vigésima Liga anoche en el Pizjuán de la manera más agónica e inverosímil posible. Porque el Barça tuvo el partido en la mano como ni soñó. Con 0-3, con Konko expulsado, con Fazio y Adriano lesionados, toda la defensa del Sevilla fuera de combate. Y sin embargo, se complicó la vida de manera increíble, con dos despistes fenomenales que metieron al Sevilla en el partido y convirtieron los últimos 20 minutos de partido en una tortura. Pero finalmente el Barça salió casi campeón de Sevilla. Ya sólo le queda rematar contra el Valladolid para ganar este histórico duelo de titanes. Fue un partido memorable, con 65 minutos perfectos del Barcelona y 35 de un Sevilla bravo, que vendió cara su piel cuando más herido estaba y hasta pudo empatar si Undiano hubiese visto unas sospechosas manos de Piqué sobre el cuerpo de Kanouté. El posible penalti se fue al limbo y aunque el Sevilla quiso el balón hasta el final, el Barça se tranquilizó, guardó el balón y se llevó los puntos. Todavía le falta un empujón más.

Hasta el minuto 65 el Barça estuvo perfecto. Apoyado en una fe inquebrantable en el modelo que le ha dado los mejores éxitos de su historia, no dio opción al Sevilla, que le estorbó lo justo. El Barça tuvo más vigor y además sus tres goles tuvieron mucho de simbólico. Porque premiaron las tres pinceladas que Guardiola le ha dado este año al proyecto para que no se le oxidase. Ha trasladado al frente del ataque a Messi. Así vino el 0-1. Para el final de temporada ha rescatado a Bojan, que le ha dado la frescura que tal vez le faltó en la Champions. 0-2. Y Pedro, el chico que es un prodigio de sacrificio y que ha obligado a Henry a pasar sus últimos días en la élite en el banquillo, marcó el 0-3. El Barça ha sabido evolucionar. Por eso sigue ganando.

Sufrimiento.

Pero también sufriendo. Porque el Sevilla, que parecía haber cogido una depresión en la primera parte, se rebeló contra su destino. Contra les lesiones de Fazio, que se fue llorando del campo con el tobillo izquierdo dolido, y Adriano, roto después de una carrera en persecución a Pedro. Pero fue marcar el Depor al Mallorca y producirse una suerte de sortilegio que empujó el Sevilla. Marcó Kanouté y a los dos minutos lo hizo Luis Fabiano. Y el Pizjuán pensó que sí. Y el Bernabéu pensó que también, que el milagro era posible. Seguramente fueron los veinte minutos más largos de Guardiola como entrenador del Barcelona. Porque Bojan y Messi, que estuvieron notables en el partido, se adornaron demasiado y fallaron cuando su equipo necesitaba espada. Así que el Barça, que durante cierta parte del choque fue campeón de Liga porque el Athletic empataba en el Bernabéu, sabía que los goles caían como churros en Chamartín y que estaba sufriendo.

Hubo una tremenda emoción contenida pocas veces vista en el partido. Pero el Barça escuchó el pitido final de Undiano Mallenco y se liberó de forma definitiva. El Sevilla fue feliz porque depende de sí mismo en su lucha por la Champions League. Al Barcelona le pasa igual para levantar la Liga en casa.