El derbi, para el que lo buscó

Se cumplió el guión y el derbi se lo llevó el que lo necesitaba. Faltaba por ver cuánta oposición ponía el Valencia y, la verdad, se esperaba más de los blanquinegros que contabilizaron un par de ocasiones y que, con dos jugadores más durante más de 20 minutos, no inquietaron a Diego López en una recta final en la que se evidenció del todo que este derbi no iba con ellos. Pésima imagen de los de Emery que, no por esperada, deja de ser denunciable. Y para el Submarino, un paso más hacia su sueño europeo que se puede escapar pues depende de lo que haga el Getafe en el Calderón, pero que sólo de aspirar a él ya es un logro teniendo en cuenta que Garrido cogió a los amarillos preocupados por el descenso.

El Valencia salió con intención de marcar el territorio, para que nadie pensara que llegaba a regalar nada a El Madrigal. Pero la agresividad de Marchena quedó en una pose vacía de contenido porque los amarillos se pusieron pronto por delante en el marcador con facilidad. El Villarreal redobló esfuerzos por si de verdad los chés iban con idea de plantearles batalla y eso fue una mala noticia para los de Emery, que no aparecían en la medular pese al trivote y, en defensa, hacían aguas. Marcó Rossi con pasmosa facilidad y, poco después, Joseba Llorente repetía caricaturización de la zaga ché para hacer el 2-0 con la colaboración de Moyá, que volvió al once con malas sensaciones, quizás lógicas después de su inactividad.

Eso sí, el guardameta compensó su error salvando la sentencia de Rossi (22') y eso hizo despertar a los suyos que por fin entendieron que entre rebajar la intensidad y hacer el ridículo había muy poca distancia y ellos ya la habían recorrido. Zigic, que otra vez desperdició una ocasión jugando desde el inicio, se durmió en la primera llegada clara de los visitantes y luego se enzarzó con Godín en una acción que pudo ser penalti o falta en ataque. Joaquín era el mejor de los chés en los minutos en los que más sufría el Submarino, pero Diego López sostuvo la ventaja local, como sucedió a los pocos segundos de la reanudación cuando le sacó otra clara a Fernandes. Por entonces dos cosas quedaban patentes: el meta gallego debe estar en el Mundial y el Valencia no estaba fino en ninguna de sus líneas.

Con nueve.

El derbi tuvo un bajón y todos parecían satisfechos con el marcador, cosa inexplicable en el Valencia que nunca achuchó de verdad. Pero a veinte minutos del final, el partido se accidentó con las rojas al revolucionado Llorente y a Capdevila. Los chés tenían la oportunidad de resarcirse, de demostrar que habían viajado con la idea de ganar y que eran capaces de crear peligro sin Villa ni Silva, como obligación y como ensayo general ante lo que se avecina la próxima campaña. Pero de todo eso, nada de nada.

Gonzalo y Godín se crecieron y todos los amarillos se multiplicaron para compensar la inferioridad. Hasta Venta y Pires pudieron despedirse de El Madrigal sudando sobre el campo y alimentando el sueño europeo del Villarreal.

El detalle. Despedida de Pires y Venta

Antes del partido, Javi Venta recibió la insignia de oro y brillantes y Pires la de oro del Villarreal y ambos pudieron despedirse de su público jugando los últimos minutos del derbi.