El Zaragoza tiene nuevo reto: acabar décimo
La victoria ante el Espanyol y el resto de resultados han elevado al Zaragoza a la decimocuarta posición, con cinco puntos de ventaja sobre el descenso. A dos jornadas del final, el Zaragoza sólo tiene un 0,04% de posibilidades de bajar, frente a un 2,74% de terminar en la décima plaza.
Tras la victoria sobre el Espanyol y el resto de resultados de la antepenúltima jornada de Liga, el panorama clasificatorio del Zaragoza se ha aclarado hasta tal punto que sus posibilidades matemáticas de descender (24 de 59.049 combinaciones, un 0,04%) son menos que las de terminar en décima posición (14.544 de 531.441 combinaciones, un 2,74%). Asombroso pero cierto. Y, aunque el objetivo primordial sea el de sellar la permanencia en Primera, ahí enfoca el reto del Zaragoza para la última semana de campeonato. En La Romareda, con la victoria de la salvación recién gratinada, Gay dibujó el nuevo horizonte: "Nuestra ilusión es ganar los dos partidos para terminar con 46 puntos, una cifra muy importante para nosotros".
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El Zaragoza es ahora decimocuarto con 40 puntos, fuera de alcance para Valladolid y Xerez, así que sólo queda expuesto a una plaza de descenso. Las condiciones matemáticas para caer ahí son múltiples: que el Zaragoza pierda ambos partidos, que el Tenerife y el Málaga ganen ambos, que el Racing gane uno y empate otro, y que el Sporting empate uno. Si a tales combinaciones matemáticas añadimos que el Málaga juega contra el Getafe y el Madrid, que el Racing visita a un Valladolid que juega a vida o muerte y que el Tenerife viaja a Mestalla... el Zaragoza aún respira más aliviado.
Las posibilidades de avanzar posiciones son escasas, pero no tanto como las de retroceder. El ambicioso reto de terminar décimo exige ganar los dos partidos (aunque podría bastar incluso con una victoria y un empate) y esperar otros resultados. Por ejemplo, que el Depor no gane ningún partido ante Mallorca y Athletic, que el Osasuna pierda uno de los dos y que el Espanyol y el Almería no ganen ambos... Es muy difícil, sí. Pero no tanto como descender.
