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Athletic | No ha cobrado la mitad de los 6 millones

Alemany quiso devolver a Aduriz si recibía dinero

El Athletic denunció al Mallorca harto de cheques falsos

<b>EJE DE LA DISCORDIA. </b>Aduriz, que marcó en San Mamés, tiene enfrentados a los dos clubes.
juan flor

La guerra entre Athletic y Mallorca por la deuda contraída por los baleares por el traspaso de Aduriz vivió ayer un doble episodio. De madrugada, en El Larguero, Mateo Alemany, consejero delegado del Mallorca, aseguró que en enero de 2009 ofreció al club rojiblanco la vuelta de Aduriz ya que su club no podía hacer frente a los pagos pendientes. Le propuso hacerse con los derechos federativos del jugador porque esa temporada ya no podía jugar en Bilbao.

El Mallorca, durante la presidencia de Vicente Grande, aceptó el traspaso de Aduriz por seis millones de euros, de los que tiene pendiente de pago casi la mitad. El Athletic lleva tiempo negociando con el Mallorca la forma de hacer frente a la deuda. Primero lo hizo con Grande y ahora tiene como interlocutor a Alemany. Las respuestas de uno y otro no han sido satisfatorias y el club rojiblanco decidió denunciar al Mallorca ante la RFEF.

La directiva del Athletic conoció a primera hora la rajada de Alemany y no tardó mucho en ofrecer una respuesta oficial. Lo hizo a través de un comunicado en el que explicó por qué había denunciado al Mallorca: entre otras cosas, acusó de que el pasado mes de enero les intentaron pagar "con un cheque sin fondos" y además presentaron supuestas garantías de pago agarrándose a su contrato televisivo con Mediapro pese a que "eran activos previamente hipotecados o pignorados como garantía de un nuevo aplazamiento. El hecho de resultar meramente aparentes las garantías ofrecidas fue ocultado por el Mallorca, quebrándose por ello la confianza en que pudiera negociarse sobre bases de buena fe una solución".

García Macua y Alemany apenas cruzaron palabra durante el encuentro de San Mamés. El presidente del Athletic excusó su presencia en la comida de directivas por asuntos familiares. Después, en el palco, hablaron lo justo. No hay sintonía.