Cuentas mediterráneas

Tres jornadas para el final, empezando por hoy. Las viejas calculadoras estrenan pilas y en las pizarras hay más números que sistemas. Cada uno trata de cuadrar sus cuentas. Garrido, por ejemplo, asegura que su equipo se ha recuperado de la derrota ante el Barça. Mira la tabla y se ve sexto, a un abismo de distancia de donde cogió al equipo. Pero no quiere morir en la orilla y regalarle Europa a Getafe o Athletic. Apurando, sueña con un pleno. Porque esos mismos números dicen que todavía se pueden descolgar Sevilla y Mallorca. Hablamos de soñar.

En una pesadilla ha convertido su devenir el Almería. Lillo ha pasado de hombre milagro a firmar la peor racha histórica en Primera. Las cuentas del técnico rojiblanco son claras. Dice que le valdrá con 41 puntos seguramente. Más suelto en filosofía y letras que en matemáticas, debería reajustar los cálculos y añadirle una variable: le quedan el Submarino, el Tenerife y el Sevilla. A ver de dónde saca esos tres puntos y a ver si es verdad que son bastantes.

Pero cuando el balón eche a rodar, todo eso no valdrá para nada. Garrido estudia recuperar el tridente Rossi-Llorente-Nilmar. Dieron cuatro victorias. Fue quitarlo y llegar una derrota. Revelador. Ya quisiera ese potencial arriba el Almería, un equipo rápido, móvil, con fe, pero con una carencia de golpeo brutal.

El Submarino luce ataque, pero pierde dos pilares en defensa. El incombustible Capdevila y Gonzalo no estarán en el Mediterráneo. Vuelve Marcano, dos meses depués, al carril izquierdo. Hablando de zurdos, Lillo recupera a su bala Crusat y al lateral Cisma. Es fútbol, sobra el álgebra.

Capdevila deja solo a Nino

Hasta la fecha, Capdevila y Nino eran los únicos jugadores de campo de toda la Liga que habían disputado la totalidad de los minutos. La sanción del lateral deja al delantero del Tenerife solo en este apartado.