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Del infierno turco a la mística de Anfield para llegar a Hamburgo
El Atlético de Madrid superó el infierno turco, el asedio en Lisboa, el duelo ante el Valencia y la mística de Anfield Road para llegar a la final de la Europa League de Hamburgo, el 12 de mayo, a pesar de haber llegado del ''rebote'' de la Liga de Campeones, que disputó esta temporada.
El camino europeo del Atlético de Madrid comenzó allá por el mes de agosto cuando disputó la previa de acceso a la Liga de Campeones ante el Panathinaikos griego, al que los rojiblancos ganaron en sus dos encuentros (2-3 y 2-0) logrando así volver a la máxima competición europea por segunda vez consecutiva.
Sin embargo, en la fase de grupos, los ''colchoneros'' no fueron capaces de ganar ni un partido. El Chelsea y el Oporto se quedaron con las plazas que permitían jugar los octavos de final, y el Atlético se quedó con la consolación de jugar la Europa League al quedar por delante, aunque empatado a puntos, del APOEL chipriota.
Los rojiblancos se unieron a la segunda competición continental en la ronda de dieciseisavos de final donde el bombo le deparó tener que viajar al infierno turco del Galatasaray. En el Calderón se produjo un empate (1-1) que obligaba casi a ganar en Estambul. Allí, Forlán selló el pase con un gol en el descuento (1-2) que evitaba la prórroga y metía en octavos a su equipo.
El Sporting de Lisboa fue el rival en octavos. De nuevo un empate en la ribera del Manzanares hacía necesario un buen resultado en Portugal. El empate (2-2) en el estadio José Alvalade, tras aguantar el asedio sportinguista en la segunda parte permitió al Atlético seguir una ronda más en la competición.
El bombo deparó un duelo español en cuartos de final. El Atlético tenía que enfrentarse al Valencia. En la ciudad del Turia, un partido de locos que acabó en tablas, con el postrero gol de Villa, hacía que por primera vez, el Calderón iba a ser el que dictase sentencia. En Madrid, el resultado fue de empate a cero, a pesar de las numerosas ocasiones de los dos equipos por lo que los rojiblancos pasaron a semifinales.
En la penúltima ronda antes de la final de Hamburgo, del 12 de mayo, el Liverpool de Fernando Torres -que no estuvo por lesión- se cruzó en el camino del Atlético. En la ida, Forlán encendió el Vicente Calderón con su gol, que a la postre fue definitivo (1-0). En Anfield Road, los ''colchoneros'' supieron sufrir y de nuevo Forlán hizo el gol que les metió en la final.