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Liga BBVA | Valladolid 0 - Villarreal 2

El 'Submarino' lanzó su misil

El Valladolid se queda casi en Segunda. Ángel y Nilmar anotaron. Medunjanin, objeto de la ira de la grada. Onésimo, al borde de la destitución

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<b>DE NUEVO, MALA IMAGEN. </b>El Valladolid no dio la talla en Zorrilla y se vio superado por el Villarreal, que, gracias a su victoria, se acerca a los puestos altos de la clasificación.
DE NUEVO, MALA IMAGEN. El Valladolid no dio la talla en Zorrilla y se vio superado por el Villarreal, que, gracias a su victoria, se acerca a los puestos altos de la clasificación.

Se puede ganar sin bajarse del autobús. El Villarreal lo demostró ayer. Enfrente no tuvo rival. Tuvo a un muñeco que no es capaz de plantar cara a nadie en esta Liga. Sin apretar el acelerador, sin hacer nada del otro mundo, los de Garrido dieron un paso de gigante hacia sus aspiraciones europeas. El Valladolid quedó a las puertas de Segunda. Tan sólo le separan del desastre los días que quedan hasta que lleguemos al 16 de mayo, fecha en la que acaba la Liga. Su gran problema va a ser tratar de no arrastrarse de aquí al final por esos campos de Dios y terminar con dignidad. Lo de Jerez y lo de ayer no lo soportará su afición más por mucho tiempo.

Onésimo y Garrido llegaron juntos a los banquillos que ahora ocupan, en la misma jornada. Diez partidos después, Garrido puede haber dejado a su colega al borde de la destitución. Los amarillos aprietan hacia su sueño europeo. Ayer afrontaron el encuentro con valentía, con Nilmar, Rossi y Llorente, más Ibagaza y Cani por detrás. Más artillería no se podía poner. Era una declaración de intenciones de lo que quería el 'Submarino' ayer en Zorrilla. Su triunfo fue incontestable.

El camino lo abrió Ángel de gran disparo desde la frontal del área. El balón fue por el centro como un obús y superó al sorprendido Fabricio. El partido quedó sentenciado y se llevaban sólo nueve minutos. La capacidad de reacción del Valladolid fue inexistente. La decisión de Onésimo de quitar a Marquitos en el 35' por decisión técnica para hacer debutar a Sergio García, procedente del equipo de Tercera, demuestra la situación desesperada de un equipo que para nada dio la imagen de estarse jugando la permanencia. Con un gol a favor y con Gonzalo como dueño y señor de su parcela, los amarillos esperaban sin problemas y pegaban latigazos a la contra buscando la sentencia. Uno de ellos fue el gol anulado a Llorente por presunta mano que sólo Estrada Fernández vio. El Villarreal sacó rápido una falta y el de Hondarribia se adelantó a Fabricio, pero la jugada fue anulada. Estrada le mostró tarjeta y Llorente acabó por no entender nada. El partido seguía vivo, pero sólo de forma aparente.

Gran tensión.

Futbolísticamente, la cosa no cambió en la segunda parte. Faltaba la puntilla y esa la puso Nilmar de gran cabezazo, a centro de Capdevila, cinco minutos después de la gran parada de Fabricio a tiro de Llorente que buscaba la escuadra. A Llorente le acabaron ovacionando en Zorrilla cuando fue sustituido. Pero lo que se transformó en un infierno fue el ambiente que llegaba desde la grada hacia los suyos, especialmente en contra de Medunjanin. El bosnio jugó apenas media hora que no olvidará mientras viva. El público le silbó siempre, cada vez que tocó el balón, señalándole como objetivo de sus iras y estando ausentes del partido Manucho y Pelé, que hubieran corrido su misma suerte. Pero lo de Medunjanin se agravó cuando, en caliente, le recriminó a la grada su decisión. Ahí se le vino el estadio encima como nunca antes le había ocurrido a un jugador del Valladolid en Zorrilla. Le dijeron de todo. Él, al menos, mantuvo el tipo, pidió el balón y lanzó con peligro una falta en la única acción en la que Diego López tuvo que trabajar. Daba igual lo que hiciera y siguió siendo lapidado, sobre todo, por su equivocado gesto.

Con el partido sentenciado y viviéndose una situación esperpéntica en Zorrilla, los últimos minutos fueron los de la basura. En el palco asistían impasibles Fernando Roig, satisfecho por el cambio que diez jornadas antes había hecho en el banquillo, y Carlos Suárez, comprobando como el cambio de técnico no le había servido para nada. Ni Mendilibar pudo con ello ni Onésimo tampoco. Con el vallisoletano los números son todavía peores, ya que ha sumado tan sólo seis puntos de 30. Por sus palabras en la rueda de prensa ha puesto su cabeza bajo la guillotina para que el presidente decida. Y hoy, en el club, puede pasar cualquier cosa. En Zorrilla se asume el descenso, pero no se quiere acabar haciendo un ridículo histórico de graves consecuencias de cara a la próxima temporada. El desastre del Valladolid parece consumado.

Incidentes a la salida de los jugadores

La salida de algunos futbolistas de las instalaciones de Zorrilla no fue agradable. Un número considerable de seguidores les increparon e insultaron. Pelé, Manucho y Medunjanin fueron los señalados por la afición. La Policía tuvo que intervenir para evitar problemas.