Urgencias compartidas para objetivos opuestos

La Unión Deportiva busca crédito y puntos de salvación. El Cartagena, seguir enganchado a un sueño maravilloso, el de un ascenso a Primera para el que no contaba. Hay trascendencia, y mucho, en lo que se reparte en el Gran Canaria, con el telón de la Liga cada vez más cercano. Para las cuentas de Kresic, tras el ridículo de Albacete, mucha permanencia pasa por no fallar en esta ocasión. En Juan Ignacio y compañía, secos de triunfos en las últimas semanas, está prohibido dilatar más un resurgir imprescindible para no perder el tren de los mejores. Abundan los alicientes y pocos dudan de que el pulso iluminará las áreas, la zona en la que mejor se emplean unos y otros.

Da la sensación de que gotea la gasolina en Unión Deportiva y Cartagena, aunque en la acera local a nadie pilla desprevenido el dato. La temporada no ha ofrecido tregua a la afición grancanaria, que amontona decepciones por un equipo incapaz de ser creíble. Si asombra, a la semana siguiente toca derrumbe. Y cuando sonroja, a su siguiente aparición deslumbra. Nada que ver con un Cartagena más ortodoxo, agarrado a la estima que dar gustarse y sembrar elogios. Así le va, discutiendo el porvenir a Hércules y Betis. casi nada para un advenedizo en la categoría.

En la primera vuelta, el 4-1 que se dio en tierras murcianas retrató las diferencias. Se espera más paridad en esta ocasión, que no bostezos ni complicidades. Necesita tanto Las Palmas llegar a los cuarenta puntos como el Cartegena computar en la cincuentena. Eso pasa por erradicar el reparto de bienes y apostar a todo o nada. Convendría ser neutral para no sufrir.