Chapín dicta sentencia

Más o menos será como enfrentarse en solitario a seis Victorinos. Se supone que es normal que las piernas tiemblen y que en el estómago se forme un nudo. Y después llegará la batalla en la que habrá que liberar tensiones y entregarse a jugar, mejor o peor, pero, sobre todo, a ganar. Así se presenta este Xerez-Valladolid que puede dejar a uno de los dos con una cornada de dos trayectorias y sin cirujano que les opere en la enfermería.

Aunque lo cierto es que quien no tiene margen para fallar es el equipo de Gorosito. El argentino, que curiosamente tiene un sobrino que juega al rugby en el VRAC de Valladolid, le ha dado consistencia al juego de su equipo y, lo más importante, resultados. El Xerez ya es un conjunto con vida y con opciones, aunque pocas todavía, de poder obrar el milagro. Si gana al Valladolid, continuará en la pelea. Si pierde, tendrá los dos pies en Segunda. El punto de Sevilla le ha dado alas, a la vez que mandaba al paro a Manolo Jiménez.

A seguir sumando.

Onésimo quiere que sus hombres saquen a relucir el espíritu de Riazor que se frustró bastante con la visita del Espanyol el pasado miércoles. En cualquier caso, el botín de la semana no es malo, cuatro de seis, y la intención es la de alcanzar los siete puntos de tres partidos para tratar de salir de la zona de peligro. Al Valladolid se le acaban las oportunidades y dará su verdadero nivel en las dos salidas que tiene ante sus rivales más directos, el Xerez hoy y el Tenerife dentro de 15 días. Los pucelanos saben lo que les espera en ambos compromisos. La primera final, hoy en un Chapín abarrotado.