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Liga BBVA | Valladolid 0 - Espanyol 0

Poco fútbol y Pérez Lasa

Penosa actuación arbitral. Ninguno hizo méritos para ganar. Manucho tuvo el tanto del triunfo. Costa fue expulsado. Mal anulado el gol a Osvaldo

<b>DESGASTE. </b>César Arzo acabó con calambres el partido.
DESGASTE. César Arzo acabó con calambres el partido.

Al partido le salvó la emoción que tuvo hasta el final. La épica de un equipo, el Valladolid, que aún con diez en el campo tuvo en la última jugada del partido la oportunidad de ganar. Medunjanin sacó una falta en el 93' y Manucho, muy desafortunado durante todo el segundo tiempo en el que jugó, marró el remate y envió la pelota fuera. Ese gol le hubiera dejado a los de Onésimo en zona de permanencia. Pero tampoco hubiera sido justo del todo ni su triunfo ni la derrota del Espanyol. El partido fue tan malo que el 0-0 final refleja de manera impecable la escasez de virtudes de ambos contendientes.

Aunque, eso sí, el peor de todos fue Pérez Lasa. El individuo en cuestión merece capítulo aparte dada su predisposición a ejercer de justiciero y de protagonista. Fue lamentable ver cómo se dirigía a los jugadores, dando igual del equipo que fuera, cuando les mostraba las cartulinas amarillas. El árbitro está para impartir justicia, tratar de pasar desapercibido y calmar los ánimos de los jugadores en la medida de lo posible. Pérez Lasa no hizo ninguna de las tres cosas.

Pese a todo, tampoco fue la noche de Diego Costa. Ni en lo futbolístico ni en lo disciplinario. El brasileño lleva tiempo de capa caída en su juego y anoche cometió el error de ponerle en bandeja de plata su expulsión al colegiado al poner su pierna encima del lateral Dídac con el balón parado. A Pérez Lasa no le costó nada añadir al rosario inexplicable de amarillas mostradas con prepotencia una tarjeta roja. Al final llegaría la segunda, esta vez para el visitante Víctor Ruiz, por doble amonestación.

El balance final resulta más duro de hacer para los de Pochettino. Dejaron escapar una oportunidad de oro de casi asegurar su permanencia hundiendo al Valladolid. Y al final se marcharon de Zorrilla con los blanquivioletas vivos y con el escaso botín de un punto a la vista de la inferioridad numérica que sufrieron los pucelanos.

Tras un primer tiempo para el olvido y en el que lo único destacable fue el gol anulado por fuera de juego a Osvaldo, que visto después por televisión parece legal, salió Verdú al campo para poner criterio al juego periquito en la segunda mitad. El centrocampista lo intentó, pero los frutos no llegaron. Apenas se puede resumir lo hecho por el Espanyol tras el descanso con un tiro raso de Luis García que detuvo Villar y la reclamación de un posible penalti sobre el mismo jugador que no pareció muy claro.

Corazón.

Fue en el segundo tiempo donde apareció el mérito del Valladolid. Con uno menos y sin inspiración, al menos los blanquivioletas apelaron al corazón y al orden. Con eso les bastó para sumar un punto que les deja más cerca de la permanencia. Las noticias que iban llegando desde Almería eran bien recibidas, como también lo fue el empate final del Villarreal en tierras tinerfeñas.

Pero lo cierto es que el fútbol brilló por su ausencia. Ni de un lado ni del otro. Equilibrio y orden defensivo y carencia de ideas en ataque. Así se desarrolló el choque, por lo que Justo Villar y Cristian Álvarez se convirtieron en espectadores de lujo. Sólo la oportunidad de Luis García y el remate final de Manucho tuvieron aspecto de posible gol. El resto, nada.

De salida, se puede cuestionar la decisión de Onésimo de jugar sin extremo derecho. Cargó sobre las espaldas de Canobbio y de Alberto Bueno la oportunidad de tener el balón, y ni lo tuvieron ni lograron darle sentido al juego de su equipo. Los mejores del Valladolid fueron Del Horno y Borja, un lateral y un 'currante'. Eso lo define todo.

Y a Pochettino no se le puede decir que no fuera valiente y descarado a la hora de ir a por el partido, pero a sus jugadores les faltaron argumentos para crear y para sentenciar. Ayudó mucho a los pucelanos su equilibrio en la zaga. Arzo y Sereno han logrado dejar la puerta a cero en los dos partidos en los que han coincidido como centrales y eso, a estas alturas, ya es un logro. Y todo ante la finalísima del domingo en Xerez, sin Diego Costa y con la necesidad de ganar. Menos angustiado recibirá el Espanyol al Sporting. Es lo que hay.

El detale: recital de tarjetas de Pérez Lasa

En la mejor línea de los Mejuto, Muñiz o Iturralde, Pérez Lasa se mostró como un árbitro dictatorial y predispuesto a sacar un número alto de cartulinas. Los jugadores del Valladolid se quejaron de los gritos que les daba el colegiado durante el encuentro de anoche.