Liga Adelante | Levante
1987: el Levante dice 'hasta nunca' a la Tercera
Los 80 fueron movidos para los granotas, tanto en los despachos, con una grave crisis económica, como en el campo. El equipo bajó dos veces a Tercera pero, la calidad y la casta del plantel y una directiva renovada, devolvieron la ilusión a su sufrida afición regresando a la categoría de bronce.
Los faraónicos proyectos de finales de los 70 y principios de los 80, que culminaron con la contratación de Cruyff, llevaron al Levante a la ruina. Tanto que, al finalizar la 81-82, en la que se descendió a Segunda B sobre el terreno de juego, se bajaría a Tercera por las deudas del club (15 millones de pesetas a la plantilla). El presidente, Antonio Aragonés, removió Roma con Santiago para no bajar pero resultó imposible: junto a Almería, Getafe y Zamora, descendió en los despachos, mientras que al Burgos lo bajaron de Segunda a bronce. Para esa 82-83, se confió en Pepe Martínez, que, entre otros, había dirigido al Deportivo y al Sabadell, para entrenar. De otros años, se quedaron jugadores como Garrido y José, además de jóvenes muy prometedores como Vicente Latorre, Claudio Barragán o Martínez Puig. Así pues, se intentó retornar a Segunda B y se metieron en la promoción, al acabar segundos del grupo de Tercera, empatados a puntos con el Mestalla. Pero, el Ensidesa les doblegó, ganando 0-2 (Nou Estadi) y 0-0 fuera. Había que intentarlo de nuevo.
Para la 83-84, se confió de nuevo en Pepe Martínez. No era una temporada cualquiera, sino la del 75º aniversario del Decano (cuyo presidente de Honor sería SAR el Príncipe Felipe). El Levante, de nuevo, volvió a pisar fuerte en Tercera y, como segundo clasificado, disputó de nuevo la promoción de ascenso. Le tocó medirse al Orense, al que venció en el Nou Estadi por 1-0. En la vuelta, celebrada en el estadio José Antonio de la ciudad gallega, empataron 1-1, con gol de Latorre. El levantinismo estalló de nuevo de alegría.
Al año siguiente, atravesando una grave crisis económica que obligó al club a plantearse la venta del estadio al Ayuntamiento, el equipo concluyó la Liga de Segunda B en una meritoria 11ª plaza. Sin embargo, en la 85-86, la mala fortuna volvió a azotar a los granotas. Otra reestructuración del campeonato obligó al Decano a bajar un peldaño, hasta la Tercera. Terminaron décimos pero, por el cambio de formato de la Liga, bajaban a partir del octavo clasificado. Curiosamente, esta pérdida de categoría coincidió con la debacle del Valencia que hizo a los de Mestalla dar con sus huesos en la categoría de Plata. Un leve consuelo para los granotas.
La campaña 86-87 fue importante para el Levante. A su presidencia, accedió Ramón Victoria, que heredó una importante deuda económica que intentó paliar a lo largo de su mandato. Escoltado en la parcela económica por Pedro Villarroel, consiguieron que el equipo retornara al lugar de donde no debía haberse ido: la Segunda B. La temporada, como no podía ser de otra manera en el Levante, no fue tranquila pues, a mitad, el Sabadell pretendió el fichaje del prometedor lateral izquierdo Fernando Martínez Perales 'Nando'. El zurdo, incluso, estuvo unos días entrenándose con el equipo arlequinado pero, finalmente, y tras fuertes discusiones entre granotas y catalanes, se frustró esa marcha. Al final, terminaria yéndose al Valencia, con lo que el club de Orriols ingresó una suculenta cifra de 10 millones de pesetas. Sobre el campo, el equipo concluyó segundo de grupo y subió automáticamente junto a Olímpic, Villarreal, Benidorm y Mestalla. El Levante decía adiós, hasta el día de hoy, a la Tercera División y se iniciaban nuevos días de vino y rosas, en lo deportivo, que devolverían la ilusión y la fe, si es que alguna vez la perdieron, de sus aficionados.