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Domínguez

"Ser del Atleti no tiene explicación: se nace así y sale del alma"

El Atlético buscaba central y lo tenía en casa. Álvaro Domínguez (Madrid, 1989) es el santo y seña de la nueva generación de defensores colchoneros.

Tomás Guasch
Domínguez

Hubo que esperarle para que el Atleti jugara otra final de Copa y camine hacia otra en Europa. ¿Pedirá usted prima por ello?

¡Ja, ja, no! ¿Habrá mejor prima que ver al equipo así en mi primer año? El orgullo que siento como jugador y como atlético no se paga con nada. Sobre todo por nuestra gente, que mira lo que sufre...

Eso: ¿por qué el Atleti sufre tanto? Tómese su tiempo: se lo he preguntado a atletistas con muchísima más edad y no me han dado una respuesta definitiva.

¡Hmm! Es que ser del Atleti no tiene explicación.

¿Y eso?

Se nace del Atleti, te impregnas de él y es para toda la vida. No tiene explicación porque sale de dentro del alma. ¿Por qué sufrimos tanto? Pues no sabría decirle. Hombre, si nos ponemos a filosofar llegaremos a la conclusión de que algo habremos hecho mal, pues yo he conocido el momentazo del doblete, de los buenos tiempos. No es normal que hayamos tardado diez años en meternos en una final de Copa, por ejemplo.

Y meter el golito de la euroclasificación en el último minuto.

Ese lo merecimos mucho antes. Supimos jugar en un ambiente hostil y con un marcador nada bueno de la ida. ¡Ese fue mi Atleti!

¿De niño era usted colchonero?

Pues sí.

Como Raúl y Míchel se dice.

Conozco sus historias, sí. De todas maneras yo hice el camino de Raúl a la inversa. Él jugó en el Atleti y acabó en el Madrid y yo, al revés.

Sí, usted empezó en la base blanca. ¿Por qué le echaron? ¿Quién fue?

Pues porque les pareció que no servía. O que había otros mejores. Paco de Gracia fue quien me invitó a dejar el Madrid. Tenía yo doce años

Y eso duele.

Mucho, al principio te parece que se acaba el mundo. Pero te levantas, claro. En mi caso fue en Las Rozas y de ahí, al Atleti. Fue el reto de un niño, el primero de mi vida. Confiaba en mis posibilidades, sabía que podía mejorar y tuve a mi familia al lado. Cuando me preguntan qué personas han influido en mi carrera, la pongo en primer lugar: mis padres, mi hermano

Usted es lo que ahora se llama central zurdo. Antes, un central era un central, un tipo que zurraba al adversario. Pocos reparaban en si Ovejero, por poner un ejemplo, era zurdo, diestro o las dos cosas. Pero ahora un central zurdo suena a algo extraordinario.

Es que somos pocos en este gremio. Tampoco abunda el lateral zurdo. Ni el extremo zurdo. En realidad, somos los menos. Y cuando sale uno bueno, pues como que destaca más, llama la atención más que un diestro.

¿Ha tenido usted un jugador de referencia?

John Terry, el del Chelsea. Sigo muchísimo la Premier, pues me parece un campeonato interesantísimo y no me pierdo un partido que él dispute. En casa tengo una camiseta suya, se la pedí cuando jugamos en Stamford Bridge y la considero un tesoro.

Usted puede acabar teniendo que ver con él en el campo, pero fuera parece que no: me cuentan que su novia es la de toda la vida

¡Ah, sí, en eso no nos parecemos nada, ja, ja! Yo, con mi Marta.

Y su coche, un utilitario.

Sí, mi Clio. ¡Me lleva como a un rey! Nadie se fija en mí, llegamos a todas partes No me gusta llamar la atención.

Igual es que le faltan 50 partidos en Primera.

No creo. Cada uno tiene su cabeza, sus prioridades, sus gustos. A mí me llena estar con la familia, con Marta, con los amigos, salir a cenar todos juntos o al cine

Y además estudia.

Segundo de INEF. No puedes estar todo el día pendiente del fútbol: el riesgo es acabar atontado.

Ya.

Nosotros tenemos mucho tiempo libre y siento la necesidad de formarme en otras facetas. Hay que ocuparse en otras cosas, esta vida es corta. Yendo todo bien se me acabará a los treinta y pocos años y habrá que vivir después. Y la preparación es ahora.

Hablando de amigos, en el equipo, para usted ninguno como Camacho.

Es que nos conocemos desde las categorías inferiores, hemos pasado media vida juntos por esos campos de Dios. Los de Madrid me los conozco todos. ¿Alcorcón? ¡Ja, ja! También, también. Buena relación tengo con los jóvenes del equipo, Raúl García, Asenjo

Alto ahí: ¿cómo ve usted la noble pugna Asenjo-De Gea?

Pues veo que el Atleti tiene a los que a no tardar serán los dos mejores porteros de España y le diría que del mundo. La competencia entre ellos es inevitable y el equipo, el gran beneficiado.

¿El éxito pasa por profundizar en la cantera y en una base española del equipo?

Los extranjeros deben marcar las diferencias. ¿Quién cuestiona al Kun, a Forlán, a Simao? Al Kun le das una bola horrible y te la hace buena, me maravilla verle... Pero si trabajas bien la base, como sucede en el Atleti, lo lógico es darle bola y a la vista está que los jóvenes españoles dan resultado. Se habla mucho y bien de la cantera del Barça, pero en la del Atleti hay gente igual de buena.

¿Por ejemplo?

Keko, Pulido, Joel, Borja La gracia está en la mezcla. Y el fútbol nunca deja de sorprenderte. El caso de Tiago es espectacular: llegó y a los cuatro días parecía que llevaba toda la vida aquí. Creo que esta temporada, y en especial la final de Copa, deben suponer un punto de inflexión en el club, un asentarse donde por historia y afición merece que esté: entre los tres primeros de España, póngale cuatro por el territorio que marca la Champions, y siempre en Europa.

Eso son objetivos mínimos.

Claro. Se trata de devolver al Atleti al lugar destacado que debe ocupar con todo el respeto por los demás. Yo recuerdo mi primer Atleti, el de Simeone, Pantic, Kiko Se trata de llegar a eso otra vez y de acuerdo en que no es una tarea fácil, pero es la que nos toca. No se trata de vender humo sino que el club esté donde le corresponde; se puede y debe conseguir.

El pase a la final con el Sevilla pareció que iba a marcar lo que queda de temporada. Pero el equipo ganó en Turquía y tampoco ha dicho en la Liga su última palabra.

Sí, la final es El Partido, con mayúsculas. Pero claro que hay más: queremos continuar por el camino que marcamos frente al Barcelona. ¡Ah! Y ponga que, por mí, la final en el Bernabéu. ¡Qué morbillo! Esta temporada nos quedan dos retos en ese estadio: la final si es allí y ganarle al Madrid. Que ya toca y lo vamos a conseguir.

Lo que cambia el cuento de una semana a otra, ¿eh?

¡Es el fútbol! Hay veces que oigo eso de la alegría de los chavales y es verdad. Los del Atleti debieron ir al colegio con otra cara el viernes, después de ganarle al Barça, cuando eliminamos al Racing... ¡Que les dure! Hoy tenemos una gran prueba, el Valencia, que me perderé por sanción. Ojalá mañana sea otro buen día para los nuestros.

Hagan juego.