"El Sevilla se hizo grande cuando olvidó al Betis"

Javier Casquero maduró, fue padre y confirmó su carrera en Sevilla. Llegó a un Nervión derrumbado, recién ascendido y preso por las deudas, y se marchó cinco años después buscando nuevas aventuras. Se fue meses antes de que empezaran a caer en cascada los títulos. "Nadie se imaginaba lo que iba a llegar. Perdí protagonismo en el equipo. Mi ciclo había acabado. Ayudé al club en un momento delicado y con eso me quedo". Absorbió la pasión sevillista y se dejó llevar por el espíritu de la ciudad. Era habitual verlo pasear con su mujer, Irene, e hija, Candela, vestidas de flamenca. "Fui muy feliz, pero el fútbol te cambia la vida", recuerda.

Para él, el éxito del Sevilla arrancó en la pobreza: "Hay que poner en su sitio a Roberto Alés. En un momento de crisis puso orden y coherencia. Si no hubiese dado pasos firmes y fichado a jugadores de coste cero, el equipo podía haberse hundido. Después llegó el huracán Del Nido con una idea fija: convertir al Sevilla en un grande. Impulsó la fe de todos".

Casquero disfrutó con la consecución de la primera UEFA: "Ganar en Eindhoven le dio al club un espíritu distinto. Esa victoria se convirtió en el punto de inflexión. Ayudó al sevillismo a creer en su fuerza. A partir de ese momento, empezó a sentirse importante y a ser respetado en Europa. Fíjese. En mi etapa, el gran éxito era ganar el derbi. El Sevilla se hizo grande cuando olvidó al Betis. Empezó a ver más allá de lo que ocurría en la ciudad y sus miras se engrandecieron". Eso sí, cree que aún está lejos de poder pelear por la Liga: "No puede competir en el mercado de Madrid y Barça, capaces de comprar jugadores de 60 millones".

Sus elogios al rival no minan su ilusión de cara a la semifinal copera: "Es posible que se vean en la final, pero la Copa se nos da muy bien. En Liga quedaremos por debajo, pero hay armas para llevarnos cualquier eliminatoria. Tenemos buen equipo y jugamos buen fútbol. En Mallorca nos pusimos 0-2. No nos encerraremos. Y en nuestro campo lo tendrán difícil. Daremos guerra. Por cierto, hay que ver cómo está el niño Navas...".