Liga BBVA | Tenerife
"Me gustaría continuar aquí muchos años"
Ayoze García celebra en la SER sus 150 partidos de blanquiazul
Ciento cincuenta partidos después de su primer día en el Tenerife, no ha olvidado Ayoze García (Puerto de la Cruz, 1985) el momento cuando le comunicaron una de las dos mejores noticias de su vida. La otra fue su paternidad, pero mucho antes sucedió, en la Ciudad Deportiva, que cierta tarde le transmitieron a Ayoze la buena nueva que cambió su carrera. "Entrenaba con el filial y Julio Durán me llamó para que entrara en la caseta: vas a subir al primer equipo, me dijo", relata el interior, que recibió la comunicación "como un regalo". "Era el día de mi cumpleaños", recordaba ayer.
En los estudios de la SER estuvo el 10 blanquiazul tras sumar en Almería una cifra aún no alcanzada por ninguno de sus compañeros: 150 partidos con el equipo donde siempre quiso jugar. "Y además los cumplo en Primera", dice el futbolista, quien cree que este logro "es la recompensa a mucho esfuerzo". "Hay mucho trabajo y demasiado sufrimiento detrás", apunta Ayoze, quien se enteró por AS de que ya había llegado a la centena y media. "No llevo la cuenta; sólo hago números a final de temporada", dice el tinerfeño, "con orgullo y con satisfacción".
"En todo este tiempo ha habido momento muy bonitos, pero sobre todo el ascenso", aduce el canterano, quien disfrutó del retorno a Primera a pesar de que hubo meses donde apenas jugó. "El año pasado fue espectacular aunque no tuviera continuidad en el equipo; lo disfruté igual que si lo hubiera jugado todo", explica Ayoze, quien nunca borrará de su memoria "el día de Girona y la fiesta de después". "Lo pasamos en grande. El momento cumbre es cuando pita el árbitro el final", añade.
Pero toda moneda tiene su envés y ha habido también instantes complicados. "Los malos momentos me han enseñado que no hay que bajar los brazos nunca pero lo peor, sin duda, ha sido la impotencia de las lesiones", reconoció el jugador, quien califica tales momentos como "trances muy ingratos". A ellos agrega "el comienzo duro y difícil" de esta campaña. "Se produjo mi ausencia del equipo justo en el momento donde mejor me veía; lo que hice fue tratar de reconvertir la situación, y creo que lo he conseguido", entiende el futbolista, cuya cuenta de partidos se detuvo, si bien ahora se ha vuelto a reactivar.
Habló Ayoze también de su relación con la afición. "Siempre me he sentido querido a pesar de los pitos de algunas veces; pitos hay hasta para el mejor futbolista del mundo", dice. De la renovación. Cuestión que no le inquieta pero que puede interrumpir su etapa de blanquiazul. "Siempre he dicho que quiero estar muchos años en el Tenerife, pero eso no es ahora lo importante".
Antes, en la conversación, muchas anécdotas y momentos emotivos: el recuerdo de su paso por el Esquilón, el equipo del pueblo; la llegada al Puerto Cruz, su aterrizaje en el Tenerife y el salto al profesionalismo para emprender un rumbo que no acaba en el partido 150.
La historia de los balcones
A Ayoze le saludaron en antena. Patricio de Ara, que fue su técnico, recordó "cuando en una concentración en Las Palmas trepaba por unos balcones del hotel, seguramente para ver a unas chicas". Su madre destacó que de pequeño no se separaba del balón. Y Cristo Marrero, el día cuando su compañero le agujereó los calcetines y le hizo quedar en evidencia. "Era un poco travieso, pero siempre una persona excelente", completó su mejor amigo Sergio, jugador del Vera.