Albiol no perdonó el entrenamiento ni por que naciera su segunda hija

Hay gestos que dejan bien a las claras la profesionalidad de algunos futbolistas. La de Albiol, que ha llegado a jugar varias veces lesionado porque el equipo lo necesitaba, está fuera de toda duda. Ayer dio una muestra más de por qué se ha ganado a sus compañeros y a la directiva del Madrid. A las cinco de la madrugada del jueves al viernes recibió la llamada de su familia para comunicarle que su mujer había dado a luz a su segunda hija (se llama Alma). El parto se había adelantado porque se esperaba para la próxima semana. Por eso, a Albiol le cogió por sorpresa, tan lejos de Valencia, donde se produjo el alumbramiento.

Albiol confesó hace unos días a AS que todo lo que es se lo debía a sus padres, que le habían inculcado ser humilde y responsable. ¿Y de qué manera podía serlo en estas circunstancias? El internacional logró controlar su primer impulso de coger el coche y emprender camino a Valencia. Pensó que lo más responsable, con Garay lesionado (sobrecarga) y Pepe fuera de combate, era esperar, acudir a Valdebebas para entrenarse y luego ir a Valencia. Un diez para él.

Viaje rápido.

"Ojalá pueda dedicar la victoria mañana a mi hija", dijo tras el entrenamiento. "El nacimiento viene cuando viene, no se puede elegir, y me ha tocado estar aquí, trabajando", dijo como si nada. "Me voy enseguida para conocerla y mañana volveré para estar aquí en el trabajo". ­