El Celta congela al Nàstic y consigue los tres puntos en Tarragona

Los locales hicieron uno de los peores partidos de la temporada, y fueron despedidos con silbidos por el escaso público asistente. La derrota vuelve a alejar a los de Ferrando de los puestos de ascenso.

El partido empezó sin apenas ritmo, con el Celta intentando llevar la iniciativa y con el Nàstic esperando rezagado atrás. El centrocampismo predominaba en el juego de ambos, sin que se llegara a crear ni una sola ocasión de gol en los primeros minutos de partido. De hecho el primer disparo a puerta no llegó hasta los doce minutos de juego.

El Celta siguió apretando y generando llegadas al área rival, pero nunca haciendo intervenir a Rubén Pérez. El Nàstic, por su parte, llegaba en contadas ocasiones y sólo aprovechando situaciones a balón parado.

A los veinte minutos se adelantó el Celta en el marcador. Trashorras lanzó una falta desde la frontal de forma magistral para que Rubén hiciera la parada del partido. Por desgracia para los locales el balón quedó muerto para que Toni fusilara a la red, estableciendo el 0-1.

Tras el gol del Celta el estadio tarraconense se quedó a oscuras a causa de un apagón, aunque Pino Zamorano decidió que se podía seguir jugando. El que tuvo el apagón más grave fue el Nàstic, que desapareció del terreno de juego para dejar que el Celta controlara a placer.

Así, a los treinta y seis minutos de juego Joselu peinó una falta lejana lanzada desde la izquierda para establecer el segundo de la tarde, provocando los silbidos de los aficionados hacia su equipo.

Tras un descanso movido a causa del apagón y con el lógico enfado del respetable se inició la segunda mitad con un Nàstic a la desesperada. Ferrando rompió al equipo en el centro del campo para dar entrada a Walter y Roberto, buscando la heroica, aunque sin orden ni concierto.

A pesar de que por ímpetu el Nàstic llegaba al área rival, su pegada era mínima. Además los roles se cambiaron y el Celta pasó a contragolpear con peligro. Así Joselu tuvo el tercero en sus botas, pero Rubén lo evitó con otra gran parada.

El Celta poco a poco fue volviendo a tomar el control del partido, y parecía que el tercer gol gallego era cuestión de tiempo. El partido se fue durmiendo poco a poco y la expulsión de Campano con roja directa por una dura entrada por detrás acabó de sentenciar el encuentro.