Incapacitados para ganar

Liga BBVA | Valladolid 1 - Málaga 1

Incapacitados para ganar

Incapacitados para ganar

felipe fernández y víctor blanco

Marcó Duda y Obinna pudo apuntillar. Nefasto primer tiempo del Valladolid. Gámez anotó en su puerta. Manucho y Sesma perdonaron al Málaga

Son los reyes del empate porque no saben ganar. Ayer lo demostraron una vez más. El Málaga no conoce la victoria desde la primera jornada, cuando derrotó al Atlético de Madrid. No ha vuelto a ganar. El Valladolid derrotó hace ya mes y medio al Deportivo, era su segundo triunfo, y hasta hoy. Por eso están donde están. Por su incapacidad para sumar de tres en tres. En Primera, sumando de uno en uno, cuando sumas, acabas en Segunda. Valladolid y Málaga, si siguen así, acabarán marchándose de la mano a la categoría de plata. O cambian, o atentos a las consecuencias.

Fue tal la fragilidad con la que ambos equipos manejaron el partido que pudo pasar cualquier cosa. Cualquier rival de nivel, con delanteros de esos que no perdonan en el área, se hubiera llevado el partido. Los dos regalos de Obinna en la primera parte le costaron a los de Muñiz la victoria. Los errores de Sesma y de Manucho, al Valladolid.

Por eso, el empate fue justo. Porque todo pasó en una mitad del campo, la que miraba al Fondo Norte. Por allí llegó el peligro del Málaga en la primera mitad y en la segunda las acometidas de los locales.

Muñiz está viviendo en el alambre y su equipo sale decidido a por los partidos, pero no llegan los resultados. Le pasó en Sevilla, tras un gran primer tiempo, y le volvió a pasar ayer. Valladolid y Málaga están separados por cuatro puntos en la clasificación, pero ambos son del mismo pelaje. Por eso los andaluces salieron a por los tres puntos sin complejos. Visitar Zorrilla es una invitación para buscar la victoria. Los de Mendilibar han ganado sólo uno de los últimos 12 choques jugados ante su desesperado público, final de la temporada anterior incluido. Son el peor equipo del 2009 y han ganado 2 de los últimos 25 partidos. Ante tal chollo, el Málaga busco la vía rápida, la de Obinna, para traer de cabeza a la defensa local. El nigeriano es una bala, pero no tuvo la sangre fría para definir. Aún así, asistió a Duda, que casi anota, y se plantó dos veces seguidas ante Justo Villar para tirar la pelota fuera. Antes de todo eso, Fernando y Baha pusieron en una jugada de carambola la pelota en el larguero. Era tanto lo que llegaba el Málaga que a todo el mundo le pareció lógico el gol de Duda. La pasmada defensa local permitió al portugués rematar en el área y batir a Villar.

Era lo mínimo que se merecían los ayer vestidos de naranja. La productividad del Valladolid quedó ceñida a un disparo cruzado de Nauzet, tras gran pase de un buen Pelé, y nada más. Desaparecido Canobbio y con Álvaro Rubio en su habitual faceta de espía, no había forma de localizarle, sólo Pelé empujaba, pero sin lograr la conexión con Costa y Manucho.

Cambio total.

Tras el descanso, no se volvió a ver nada de lo que había ofrecido el Málaga en la primera parte. Muñiz y sus chicos dieron el 0-1 por bueno y le dejaron el mando al Valladolid. La salida de Sesma y de Medunjanin hicieron mejorar bastante a los locales y su dominio fue creciendo, poco a poco, hasta terminar siendo agobiante. Los locales, enrabietados, iban a empatar a veinte minutos del final con un remate de cabeza de Nivaldo, que se iba fuera, y que Jesús Gámez introdujo sin querer en su portería.

A partir de ahí, el monólogo fue pucelano y al Málaga se le hizo eterno el partido. Sesma, sólo ante Munúa, tiró alto el balón de la posible victoria. Su error fue tan grande como el que antes del empate había tenido Manucho, que solo ante el portero del Málaga, no supo resolver tras una jugada extraordinaria de Diego Costa, el mejor jugador del Valladolid, de largo, y cada domingo.

Pero no hubiera sido justa la remontada local. No podía quedar tan lejos el recuerdo de la penosa primera parte de los de Mendilibar, que desperdician muchos minutos sin saber muy bien a lo que jugar. Dejó mejores sensaciones el Málaga, pero no suficientes como para tener la seguridad de que terminará por salir de donde está. Ambos se fueron de Zorrilla con un mayor grado de preocupación. Lógico.

El día de más frío de la temporada

La temperatura de dos grados con la que se jugó el partido hizo que los aficionados que acudieron a Zorrilla estuvieran tremendamente abrigados. El viento que sopló en el estadio hizo que se sintiera una sensación térmica muy inferior a los cero grados.