Liga de Campeones | Sevilla 1 - Rangers 0
Kanouté se pone galones
El malí vuelve con un gran partido y sella el liderato.
Estaba Tom Cruise en el palco, pero el partido tenía poco de misión imposible. Casi todo el pescado del grupo G ya estaba vendido y el que quedaba se lo llevó a casa Fredi Kanouté. "Todos queremos que marque Kanouté", impulsan los Biris al malí, que con 32 años conserva los galones de jefe en el Sevilla. Cuando no juega, en el vestuario. Y cuando está sano, en el césped. Kanouté, goleador en las dos finales europeas del Sevilla, juega con problemas en el codo derecho producto de una mala caída que sufrió en el partido de Bucarest ante el Unirea. Sin embargo, reapareció a lo grande. Estuvo en todas en la primera parte. Un control celestial que no terminó en gol de milagro, un par de remates cerca de la portería del Rangers y, finalmente, un penalti tipo Sócrates que sentó sin piedad a McGregor.
La foto del Rangers es la del penalti. Una pérdida ridícula de balón en las proximidades de su área y una patada indisimulada de Whittaker a Fernando Navarro. El Rangers de Walter Smith está a otra cosa. A resolver su deuda galopante y a resolver su proceso de venta. Es un histórico que ya no tiene estrellas. Y las disfrutó, como Gascoigne. Ahora pelea por sobrevivir. Lo hace gracias a su afición, que se traga disgustos como esta primera fase de la Champions que para el equipo protestante y unionista de la corona británica ha sido un suplicio y para el Sevilla, un paraíso. Ha ido tan sobrado que a Jiménez incluso le dio tiempo para hacer experimentos, como el debut de Cala. Todos menos uno, respetar a Navas para que se convirtiera en el sevillista con más partidos europeos (48) de la historia.
Sistema.
La lesión de Luis Fabiano le va a obligar a recuperar en momentos puntuales su viejo sistema fetiche, con un solo punta. Renato jugó como enganche y con escolta costamarfileña: Zokora y Romaric, este último empeñado en desaprovechar cada oportunidad que le da el club que pagó ocho millones de euros. El suyo, como tantos otros, camina a la definición que Héctor Cúper hizo de Adrian Ilie: "Despilfarro de talento". Así que después de Kanouté, el partido fue para echarse a dormir, sólo sobresaltado por la exhibición de patadas que se marcó el Rangers y consintió Layec.
Jiménez, en un esfuerzo solidario, repartió minutos para todos y le dio media hora a Negredo. El vallecano está desesperado, no marca desde el final de octubre y, lo que es peor, ha perdido el oremus. Se ha colapsado, necesita un balneario. Koné tampoco se reencontró con el gol y, en general, quedó la sensación de que al Sevilla le ha sobrado media liguilla. Rozó la excelencia en los tres primeros partidos y luego ha afeado la trayectoria. Es comprensible. Lo serio empieza ahora, lo sabe Kanouté.