"Me sentía culpable y el penalti fue un alivio"

El sábado perdió un balón en el gol de Agüero y forzó el penalti clave. ¿Qué sensación le dejó el partido?

Un poco agridulce. La verdad es que me sentía culpable, como es lógico cuando haces un error así, y estuve fastidiado durante muchos minutos, porque no quería que el partido acabase con el empate por un error mío. Uno no se espera empezar nunca el partido así y sentirme como me sentí.

Su imagen en el penalti de Guardado lo decía todo: de espaldas, en cuclillas y con las manos en la cara.

Es lo que digo. Ya uno tenía bastante por dentro, con la tensión del partido, del resultado, del error... Por eso no quería ni mirar, sólo pensaba en que Guardado marcara y ganar.

¿Qué pasa por la cabeza de uno cuando empieza un partido con un error así?

Después de ese error, tenía ganas de sacarme la espina y sólo me la podía quitar marcando un gol o provocando algo, como sucedió. Tuve una corazonada, la suerte de aparecer ahí y me hicieron el penalti.

En el momento del penalti, estaba en una posición poco habitual para un central.

Es que no teníamos nada que perder. Era casi el último minuto, el árbitro iba a pitar ya y pensé que si me quedaba por allí, igual podía rascar algo.

En el campo, la primera impresión era que el árbitro se dejaba llevar por la ley de la compensación, pero por televisión ya parece penalti. ¿Cómo lo vivió usted?

Penalti me hace, eso seguro. Era el típico balón que parece que se va a ir por fuera de puerta, pero Pablo llega justo y en ese momento se me pasó por la cabeza un comentario de Lotina. Siempre les dice a los delanteros que vayan al primer palo en los remates, así que tiré para allí y me derribaron. El árbitro podía haber pitado otros penaltis mucho antes, pero tuvimos esa fortuna en el último minuto. Es una victoria que nos sabe a gloria.

¿Y es un respiro en el terreno personal?

Me sentía culpable y el penalti fue un alivio. Es un peso que te quitas de encima con la victoria, pero el error está ahí y no puede volver a suceder. El primero que estaba fastidiado era yo. Uno puede cometer errores, porque todos somos humanos y no será el último, pero fallos así no me gustan. El problema era que ponía al equipo contra las cuerdas nada más empezar.

¿Qué sucedió en el gol de Agüero?

Pues que hice el recorte para atrás pensando que Agüero iba a pasar por delante de mí y fue todo lo contrario. Pasó justamente por donde iba el balón, luego ya arrancó y era muy complicado pararle.

¿Es útil el apoyo de los compañeros en esos momentos?

Por más que te digan, el que ha cometido el error eres tú. Uno lleva eso por dentro, aunque siempre agradezco el apoyo de los compañeros. Me decían que no pasaba nada y luego que había compensado el error, pero yo me quedé con una sensación extraña.

Riki llegó a decir que si el protagonista de esa última jugada hubiese sido él, el árbitro seguramente no habría pitado penalti. ¿Es para tanto?

Es que casi parece que hay una persecución contra Riki. Los delanteros algunas veces fingen y otras realmente les dan, pero lo que él tiene que hacer es irse quitando ese sambenito con los árbitros.

¿Le decepcionó el Atlético en Riazor?

Es extraño verles tan abajo, pero ya conocemos al Atlético. Sabemos que del medio para arriba tienen futbolistas muy buenos y que del medio para atrás tienen jugadores normales, sin menospreciar a nadie, porque no quiero decir ni mucho menos que sean malos.