Entre bostezos. Corría el minuto 91 y el Madrid disponía de una falta peligrosa en el costado derecho de su ataque. Los ingenuos como yo imaginábamos una rosca perfecta de Van der Vaart para que peinasen la pelota de cabeza Raúl o Higuaín para firmar el 2-0 de la sentencia. De pronto, VDV se asocia con Xabi Alonso, saca en corto, protegen la pelota y pierden tiempo. Eso, ¡ante el Racing! No hubo una pitada mayor porque 30.000 fieles ya se habían batido en retirada cansados de tanto bodrio insustancial. El tolosarra, que estrenaba unas espinilleras de fibra de carbono que se hizo a medida el jueves en la ortopedia de la calle Juan Bravo, llevó el mando del partido ante la ausencia de Lass. Eso dio para unos minutos de esperanza, pero el viento a favor duró menos que un kit-kat en la puerta de una guardería infantil. Muchos números, poco fútbol. Un diez en matemáticas, un suspenso en literatura...
Árbitro penoso. Ramírez Domínguez enojó a todos y se burló del Reglamento sin ton ni son. Al Madrid le hurtó un penaltazo sobre Benzema que hubiera dibujado un 2-0 que habría dado paso a otra película mucho más atractiva y apta para todos los públicos. Incluso, anuló después un golazo de tacón del francés por un presunto fuera de juego por el pelo de una gamba. Como el andaluz debía tener mala conciencia, anuló al jovencito Canales un gol legal que habría encendido la llama de la grada...
Portugal & Revilla. Ha sido la semana de Henry (una mano negra echó a Irlanda del Mundial) y también la de Portugal. Cristiano cogió su billete para Suráfrica sin bajarse del autobús y Portugal (Miguel Ángel) regresó al Bernabéu. Nadie le recordó lo de Faubert (él asegura que no fue cosa suya), pero queda claro que en el Racing tiene su biotopo perfecto. Los santanderinos jugaron más organizados y hasta rondaron el empate. Su tocayo más famoso de Cantabria Infinita, mi amigo Miguel Angel Revilla, se fue satisfecho por el crecimiento de su amado Racing. Puro habano en mano, Revilla se dio un baño de masas en la Torre D. Se fue a verlo con su gente, con los de la bufanda, con los que sufren... Y el próximo domingo irá con el Madrid en el Clásico del Camp Nou. Este hombre sí que sabe.
¡Vuelve ya, Cristiano! En su pecera de cristal aguardó su gran momento, que llegará el miércoles ante el Zúrich y el domingo con el Barça. Con CR9 todo cambiará. Él solito es medio equipo. Sin Cristiano no hay paraíso. Ni ná de ná.
La quiniela. Pese al tostón, esto me dicen para el Clásico del Camp Nou los amigos del Bar Casablanca de Valverde de Júcar (Cuenca) y las peñas de Torremejía (Badajoz), San Juan de Mieres y Palas (Asturias) y Ciudad Meridiana (Barcelona): "Tomás, jugando mal los tenemos a tiro. Con Cristiano será otra historia". Así será. Pongan ustedes un '2' en la quiniela...
