¡Así juega el Madrid!

Milán - Real Madrid | La contracrónica

¡Así juega el Madrid!

¡Así juega el Madrid!

El Madrid sigue sin ganar un partido oficial en San Siro, pero le faltó el canto de un duro (o sobró alguna palomita de Dida). Benzema marcó el primer gol blanco en San Siro desde Joseíto (1956). Durante 45 minutos, vi al futuro campeón...

El rey de Europa. Hoy se cumplen 22 años de aquella noche mágica de Das Antas, en la que una aparición explosiva de Paco Llorente y dos golazos de Míchel eliminaron al que era vigente campeón de Europa (Oporto). Un partidazo de intensidad y de saber estar que alimentó la leyenda de aquel Madrid imperial de la Quinta del Buitre (tranquilos, que ese encuentro va incluido en la promoción dominical del AS). Anoche, con otro rival de enjundia y tronío, el proyecto de Pellegrini cortó por fin sus primeras orejas. En cuarenta y cinco minutos para la esperanza, el Madrid trenzó a la velocidad del sonido, convirtió las bandas en dos cuchillos jamoneros (Ramos y Marcelo) y reivindicó la figura emergente de Benzema. Como decía ayer Casillas en France Football, "cuando mi equipo esté acoplado y compenetrado, la máquina blanca será perfecta". El primer tiempo reactivó las pupilas de los 1.500 madridistas que dieron la cara en la caldera de San Siro. Los fieles de Olaf el Vikingo, Hoyo de Manzanares, La Gran Familia, 5 Estrellas, Aguanís, Quinta del Buitre de Lugano y Navacerrada sacaron pecho en el descanso mientras devoraban los paninis de estos italianos que tienen más vidas que los gatos. ¿Verdad, Silvio?

¡Allez Benzema!. BZ11 no había mojado en Champions con el Madrid y ya le tocaba. Casi cincuenta días de sequía no podían tener más prolongación en un jugador de muchos posibles. Parecía metido en esa cabina del malogrado José Luis López Vázquez, porque no encontraba salida a su juego de depredador del área. Pero con Higuaín conjuga bien su fútbol de amague y disparo. Su gol rauliano fue una suma de buena colocación y mejor finalización. Bien, Karim.

Platinato. Ya sé que el gol de Pato pareció legal, pero que me cuenten qué vio el jovencito Felix Brych, un alemán que nació en Múnich. O sea, que le tiene ojeriza al Madrid porque debe ser colega de Rummenigge, Hoeness y compañía. Pitó un penalti AXE a Pepe (el sobaquillo no debería ser nunca punible), perdonó un tarjeta a Ronaldinho por un plantillazo innoble y pasó por alto un faltón sobre Kaká, al que frieron a patadas los que fueron sus amigos de gozos y sombras durante años. Por cierto, Kaká debía saber que la avejentada espalda de Dida está para pocos trotes, porque le disparó de lejos tantas veces como el dorsal de su camiseta (8).

Seedorf, enorme. Espero que nunca más el Madrid venda patrimonio para tapar sus agujeros en caja. Seedorf, que ya va por los 33, fue vendido hace diez años para recaudar los 4.000 kilos que hacían falta para pagar las nóminas de los jugadores. Lo que se ha perdido el Bernabéu esta década con el genio de Surinam. Maestro Clarence...

Capitán, enorme. Le bastó un cuarto de hora para sembrar la zozobra en las gradas de San Siro. Raúl salió como un búfalo y estuvo cerca de marcar el gol del éxtasis (Dida, ¿por qué la paraste?). Dibujó paredes, tiró un caño, forzó un córner y heló los fondos de la curva ultra de los rossoneri. Le temen todavía. En Italia respetan mucho a sus héroes. Raúl tiene 32 años. Un niño al lado de los Nesta, Dida, Zambrotta e Inzaghi. Raúl encandiló a los míos (Balbino, de Brujas, y Mateo, de Huelva, va por vosotros). Il Sete, grande.

El derbi. Raúl será titular en su campo talismán, el Calderón, donde se siente como en casa. Igual que Casillas, que allí lleva diez años amargando la vida a Manolete. ¡El derbi es blanco!