The winner is... Quique

The winner is... Quique", así fue como el torpe de Juan Soler presentó a Quique Flores en el banquillo del Valencia en 2005, a partir de ahí, Quique hizo un curso avanzado de lo que era entrenar un equipo con dudosos dirigentes y ambiciones desmesuradas. No corren buenos tiempos por la ribera del Manzanares, pero el peso de ese escudo seduce a los entrenadores hasta aceptar un cargo sujeto a crítica permanente y éxito complicado. Quique ha madurado en estos años como en su condición de humano cabía esperar, y este chico de buen talante en el vestuario es ahora el elegido para rescatar a un club con más historia que estructura.

Elegante en el vestir y con un verbo envidiado ante los medios, tiene como enemigo un estado de ánimo difícil de disimular que a veces le ha castigado. No asume una misión fácil, pero el camino empezará a allanarse si cuenta con la confianza de la cúpula y la credibilidad del vestuario, factores que Abel no siempre logró y que desembocaron en la actual crisis.

Conceptos

Como todo entrenador moderno tiene unos conceptos claros: equipo muy junto, estrecho para defender y ancho con el balón. Analizará cada rival buscando en él virtudes de las que protegerse y defectos que aprovechar.

Portero

Le gustan los porteros correctos, buenos técnicamente y con pocas excentricidades. No soporta los nervios y les exige lectura de las necesidades del equipo. En ellos valorará las decisiones que tomen en el inicio del juego. Congeniará con porteros con ganas de progresar como tiene el Atleti.

Defensa

Su línea de referencia tendrá mucho que aprender de todos los conceptos tácticos que trabajará a diario. Con disposición zonal en una línea a tres cuartos, serán obligaciones el orden y la disciplina. Permutas, vigilancias y coberturas llevarán consigo la libertad de los laterales, pero nunca sin estos conceptos bien aprendidos. Quique es consciente del margen de mejora que el equipo tiene en esta faceta y va a echar el resto.

centro del campo

Tiene fe en el doble pivote, pero en el Benfica acabó jugando en rombo, lo que muestra su flexibilidad si las condiciones lo demandan. Interiores ofensivos, pero con el deber de ocupar su zona tras pérdida y perseguir al lateral rival si es necesario.

Delantera

Responsables de establecer los parámetros de la presión, no tolerará el abandono de estas obligaciones. Quiere que el rival encuentre oposición en su propio campo y que no le sea sencillo elaborar su juego. No se le puede pedir más a Forlán, pero el Kun tendrá que cambiar para ganarse su confianza.

Ayudantes

A su lado cuenta con personal cualificado, Fran Escribá es su mano derecha, estudia al rival, analiza el desarrollo del partido y se responsabiliza de la estrategia. Emite valoraciones y participa de las decisiones, algo que todo técnico agradece. Emilio Álvarez vive dedicado a mejorar el estado de forma de los porteros; cuenta con la capacidad e ilusión necesaria para conseguirlo.

Psicología

En el aspecto psicológico tratará de establecer vínculos con el jugador, es habitual que participe en cenas, aperitivos y demás encuentros con la plantilla. Su carácter juvenil le hará pasar inadvertido dentro del grupo de jugadores.