Para ver la amarilla, lo mejor es quitarse la Roja

Del Bosque prepara los partidos contra Bosnia y Armenia tomando en consideración lo que hay, y no lo que pueda venir. A día de hoy, España tiene siete jugadores (Puyol, Sergio Ramos, Xavi, Iniesta, Cesc, Busquets e Iraola) amenazados de suspensión. Si cualquiera de ellos fuera amonestado con una tarjeta amarilla ante Armenia no podrían jugar contra Bosnia, pero si lo fueran en este último partido serían sancionados para el primer partido del Mundial.

Con este panorama, los internacionales se han puesto a pensar en la mejor manera de forzar la amarilla sin tomar más riesgos de los necesarios. Y hasta para eso tiene clase España. La fórmula que triunfa es la de quitarse la camiseta para celebrar un gol. El que lo explicó con más gracia fue Puyol: "Hombre, si yo meto un gol me quito la camiseta, las botas y lo que haga falta. Y que el árbitro me enseñe luego la tarjeta". Otros afectados, como Iniesta, prefieren no hacer planes: "Lo mío es jugar con el balón, no con el árbitro. No haré nada especial porque no sabría y se me notaría". En su misma línea está Xavi, su compañero del Barça: "Últimamente tampoco hay que esforzarse mucho para que te amonesten, así que no es necesario pensar en una estrategia...".

Los hay que ya tienen experiencia en el asunto. Como Cesc Fábregas: "Una vez traté de forzar una tarjeta porque nos íbamos a enfrentar al Manchester y quería llegar limpio... recuerdo que hice uno de mis peores partidos con el Arsenal. Estuve más pendiente del árbitro que del balón, y me comí tanto el coco con eso que al final descuidé lo más importante: jugar al fútbol".