Jermaine Pennant
"Cuando Marcelino me pregunta por mis goles, yo... me rasco la cabeza"
Se le considera jugador de equipo grande, pero él habla del Zaragoza con ilusión renovada. En la distancia corta, Pennant es espontáneo. Dice que el cambio le ha sentado bien y que la Liga se adapta mejor a su fútbol. Y si se le pregunta por los goles, agrega unas gotas de humor inglés...
Ha cumplido ya un mes en la Liga. ¿Cómo se ve a sí mismo y al Real Zaragoza?
Todo está yendo bien por ahora. Estamos en mitad de la clasificación, aún hay equipos grandes que están abajo y el otro día todos salimos del campo decepcionados de la derrota frente a un rival de primera línea como el Atlético. Todo eso supone una buena señal. Si seguimos jugando como hasta ahora, vamos a hacer un año muy interesante y no tendremos problemas para mantenernos.
Las sensaciones son mejores que los resultados, ¿no?
Desde luego. nos faltan puntos que se nos escaparon por detalles y fallamos en el partido con el Valladolid. En realidad, quedan muchos partidos por delante. Pero si nos mantenemos en esta línea, insisto, haremos un buen año y todo el mundo quedará contento.
En los próximos cinco partidos hay tres salidas, dos de ellas al Camp Nou y Mestalla. ¿Un momento importante?
Hay que asegurar los puntos en casa antes de viajar a Barcelona y Valencia, porque allá va a ser complicado sacar algo. Pero aun así, si no concedemos goles tempranos, tendremos nuestras ocasiones.
¿Cómo ve la Liga, aparte del Barcelona y el Real Madrid?
Esos, más el Valencia y el Sevilla siempre van a estar arriba. Pero los demás estamos muy igualados y cualquiera puede derrotar a cualquiera.
¿Confía en el Zaragoza?
¡Por supuesto! He visto al equipo desde fuera estos partidos, por lesión, y las impresiones son muy buenas. En varios encuentros sólo nos ha faltado convertir nuestras ocasiones, pero las hemos tenido. Y contra el Getafe, nuestra gente de arriba estuvo fantástica, y el Getafe es un muy buen equipo. Los partidos en La Romareda van a ser fundamentales.
¿Y cómo se explica el borrón contra el Valladolid?
Fue muy frustrante. Tuvimos un comienzo espeso y concedimos un gol muy pronto, y además un gol fácil. El Valladolid lo capitalizó. Nosotros no pudimos meter nuestras ocasiones, aun cuando jugáramos mejor, y ellos nos castigaron.
Esos detallitos...
Somos un equipo con muchos jugadores nuevos, nos tenemos que amoldar, entender lo que quiere Marcelino... Y ha habido lesiones, cambios en todas las líneas, jugadores que entran y salen... Eso afecta. Una vez que vayan volviendo los lesionados y trabajemos juntos, se verá el resultado.
¿Usted se ha adaptado?
Con cada partido entiendo mejor al equipo, lo que quiere el entrenador, y gano confianza. Ha sido un fastidio la lesión, que me ha impedido participar más. Afortunadamente, contra el Racing voy a estar al cien por cien.
Hablaba antes de ser más precisos ante el gol. Este equipo necesita goles de jugadores de la segunda línea.
Sí, no es justo pedirle sólo a los delanteros que aprovechen las oportunidades. Los centrocampistas tenemos que llegar al área también y hacer esa aportación.
¿Y usted cómo se ve ahí?
Mi principal virtud es llegar por afuera y poner centros, dar opciones a otros jugadores. Si puedo marcar yo, mejor claro. Y lo voy a intentar.
¿Le insiste Marcelino?
Sí, me pide goles. A veces me pregunta cuántos goles voy a marcar en todo el año y yo... me quedo pensando y no sé, ja ja, me rasco la cabeza. (Risas). En serio, lo voy a intentar. Lo hago. Se trata de llegar ahí y aprovechar las ocasiones.
¿Necesita recordárselo a sí mismo cuando está jugando?
Entrar en el área y marcar goles no me sale naturalmente, claro, pero estoy trabajando en ello para buscar la pelota dentro del área y no siempre abierto a la banda. Tengo que empezar a ser un poco más... egoísta, quizás, e intentar algún disparo a portería en lugar de un centro, alguna vez.
¿Rafa Benítez se lo pedía en el Liverpool?
Sí, sí, a todas horas. Pero yo le contestaba: 'Mister, si se las pongo a Fernando (Torres) o a Crouch, ya está ¿no?'. Y él insistía: '¡Goles, goles! (risas).
¿Cambia mucho que tus centros vayan a delanteros de primera línea mundial y ahora a otros más modestos?
En absoluto. Son futbolistas diferentes, pero en el Zaragoza también hay puntas de muchísima calidad. Arizmendi guarda la pelota de maravilla, tiene velocidad, remata de cabeza; Uche, también es de primera línea; y Ewerthon metió 28 el año pasado... eso no es fácil.
¿Y cómo ha asumido usted el cambio de uno de los equipos más célebres del mundo a otro de perfil más bajo?
Perfectamente. Puede que en términos de fama mundial o popularidad el Liverpool sea mucho más conocido; pero al final el fútbol se juega donde tú estás; y para la gente del Zaragoza, su equipo es un gran equipo. Y lo es. Tiene una historia, tiene títulos, tiene futbolistas de calidad...
También éste es un club más relajado que el Liverpool.
Yo me siento más relajado, al menos. Allí tienes que jugar siempre a un gran nivel porque estás en un club que aspira a todo. Aquí tanto la hinchada como los compañeros te tratan de otra forma: si un día no estás bien, te ayudan a levantarte... Las relaciones son diferentes. Y conmigo la afición ha sido fenomenal hasta ahora.
¿Se siente cómodo en la ciudad? ¿La conoce?
Bueno, vivo en los alrededores pero soy un gran cliente de El Corte Inglés (risas). En serio, me ha sentado bien venir a una ciudad no tan grande, en la que todo es más relajado.
¿Se da el gusto de empaparse del modo de vida español?
¡Lo intento, lo intento! Trato de aprender, ver cómo es todo: pretendo convertirme en un segundo español (risas).
¿Chapurrea el idioma?
Very poco (sic).
Y la Prensa deportiva aquí, aunque está más encima del día a día, ¿es menos cruel?
En Inglaterra a la Prensa no le interesa el fútbol, le interesa tu vida: cuáles son tus orígenes, qué haces fuera del campo... Tú intentas llevar una vida normal, pero eso no les interesa: ellos te exigen que, por ser futbolista, seas también un modelo social. Y si sales con amigos buscan la polémica, el titular, una historia. Aquí, si haces algo equivocado, también va a salir, pero no igual.
Con usted, sus problemas con la ley, sus orígenes... fue muy severa. ¿Cómo ha logrado dejar aquello atrás?
Si has nacido y crecido en Inglaterra, sabes cómo manejarlo. Al final tratas de llevar una vida normal. No puedes pasarte 24 horas al día, siete días a la semana, metido en casa: te vuelves loco (Pennant dice esa palabra en español).
Hay que hacer como Beckham, que parece vivir en un mundo diferente...
Él lo lleva de maravilla. A veces es muy frustrante: estás tomándote algo y te ponen chicas cerca, se inventan un escándalo, toman fotos...
¿Y usted qué hacía? ¿Enfrentarse a ellos, pasar?
No, no, no, si te vas a por ellos aún se emocionan más y disparan más fotografías. Hay que dejarlo correr y decir: bueno, me da igual...
¿Echa de menos los cánticos de los estadios ingleses?
Puede que los hinchas españoles no canten tanto, pero son igual de apasionados con su equipo y con el fútbol.
¿Es la Liga española como la esperaba?
Sí, mucho más técnica que la inglesa, que es más física. Nada que no supiera: aquí cada equipo tiene cuatro o cinco jugadores de los que hay que estar pendiente porque son muy buenos. Hay un gran nivel.
El fútbol inglés ha girado hacia un juego mucho más táctico en estas dos décadas...
Sí, la llegada de técnicos extranjeros ha provocado eso.
...pero los jugadores ingleses siguen siendo, en su mayoría, muy fieles al modo de jugar inglés de toda la vida.
Yo jugaba con Rafa Benítez, un entrenador muy táctico, y Marcelino se parece mucho a Rafa. Son muy similares, les gusta la presión, les gusta ser estrictos, van a los detalles. Así que no he tenido problemas en adaptarme a España. Y además, creo que mi juego se adapta mejor a la Liga española que al fútbol inglés.
¿De verdad? ¿Por qué?
Al ser más técnica, tienes más tiempo, más posibilidad de expresarte como futbolista.
Sin embargo, aquí los defensas tienen mejor nivel, ¿no?
En Inglaterra los defensas se dedican a defender, y no son demasiado buenos con la pelota. En España, además de defender todos saben manejar el balón con destreza. Sacas a uno a jugar al medio campo y ni siquiera notas que era un defensa. En la Premier pones a un defensa a jugar más adelante y el tío se pregunta: '¡¿Pero dónde estoy?!'.