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Liga BBVA | Sporting 1 - Almería 0

Decidió Diego Castro

El gran inicio rojiblanco pudo con la solidez almeriense

<b>EUFORIA. </b>Gregory intentó levantar a Diego Castro después de que el gallego marcara el gol del triunfo rojiblanco.
EUFORIA. Gregory intentó levantar a Diego Castro después de que el gallego marcara el gol del triunfo rojiblanco.reportaje gráfgico: eloy alonso / paco paredes

Un madrugador gol de Diego Castro desniveló el encuentro entre el Sporting y el Almería, que tuvo un desarrollo con alternativas, aunque los asturianos demostraron ser más directos que los andaluces y la diferencia pudo haber sido más abultada.

Hugo Sánchez dio más solidez el centro del campo con Corona y Soriano cerca del omnipresente Bernardello, para buscar cerrar el paso el conjunto de Preciado y asustar con la rapidez de sus bandas. El guión se le rompió al mexicano por la salida más impetuosa de los discípulos del cántabro. Además, pronto llegó el gol que diferenció el partido. Tras un aviso en una internada de Lora, se produjo un robo de balón por parte de Míchel, en una jugada que siguió Lora, tocó De las Cuevas y la rubricó Diego Castro con un control, un quiebro y un remate, ante un impotente Alves. Todo perfecto.

El conjunto de Preciado avasalló el primer cuarto de hora. Luego cedió algo de terreno, sobre todo cuando el árbitro empezó a tomarla con Maldonado y Barral. Paralelamente, el Almería estaba más sólido, dando salida al balón desde atrás, con pases a ras de hierba, pero todo acababa en la contundencia de Botía y Gregory.

Las mejores ocasiones de gol eran de los rojiblancos, pero faltaba ponerle la guinda a las jugadas. Algunas fueron espectaculares, con De las Cuevas y Diego Castro casi siempre como protagonistas, más algunas individualidades de Barral y la excelente visión de juego de Rivera, que fue el mejor jugador del partido. Los visitantes se dejaron notar en un par de ocasiones a balón parado y con la rapidez de Crusat, pero el catalán careció de apoyos.

En el segundo tiempo, el Sporting ido la sensación de ceder el balón a su rival, para esperar al contraataque. La entrada de Piatti dio más poder ofensivo al conjunto almeriense, pero el poderío de Botía y Gregory era descaradamente contundente, sobre todo en el juego aéreo. Kalu Uche se perdía en sus intentos, sin que los apoyos de Piatti y Crusat se dejaran notar.

Aunque el control de juego era más de los visitantes, el partido estaba más cerca del segundo gol local que del empate. En las filas gijonesas no había ningún nerviosismo, por la solidez de los nuevos centrales, mientras que la búsqueda de la igualada resultaba algo indecisa, sin que Juan Pablo tuviera excesivo trabajo. Los amagos del equipo de Hugo Sánchez eran insuficientes, mientras que las florituras evitaron que los gijoneses redondearan antes el triunfo que tuvo como epicentro del juego a Rivera. Barral tuvo las mejores oportunidades, pero en los últimos metros faltó el sentido práctico, sobre todo en los momentos en los que el Almería arriesgaba en busca del empate, con lo que dejaba espacios a las espaldas de la defensa, arma que aprovechan muy bien los chavales de Preciado.