Navas, héroe en su casa

El derbi regional fue agrio en el terreno de juego y dulce en la grada. Se enterraron las burdas rencillas entre aficiones hermanas, antes, durante y después del partido. El pasado está olvidado, ¡viva el presente! Y, de momento, el abanico de colores extiende dos tonalidades por cada equipo. En el Cádiz, el arranque de Liga se presume grisáceo. Sigue la norma establecida en estas primeras fechas. No hay gol, pese a que existen las ocasiones. Gracia deberá trabajar en ello. Quien sí que salió con su botín del Carranza fue Lucas Alcaraz. Práctico y ordenado, su Córdoba sacó ese puntito que pretendía sin hacer nada en ataque, y después de encomendarse a Raúl Navas, que ayer estuvo sensacional.

Por La Tacita corre el debate del escaso tino con los porteros canteranos que recientemente se han dejado escapar. La polémica nació con el fichaje de Zlamal. Para qué traerse a un joven y desconocido meta checo si en el Carranza ha crecido Dani, de proyección indiscutible, vienen a decir. La discusión tiene base científica, de momento. En los últimos años, Falcón se ganó su sitio en el Atlético después de ser desechado por el Submarino Amarillo. Y ayer, Raúl Navas acreditaba las críticas con un partido soberbio. Él también nació al amparo del Carranza, pero se fue hastiado de ser la sombra de Armando. El destino, sin embargo, le regaló con la elástica del Córdoba un regreso en el que salió marcado como salvador de los suyos. Destruyó todas las ocasiones de gol que se le presentaron, hasta el punto de dejar completamente seca la pólvora de un Cádiz que rememora aquel viejo sino de la última temporada en Segunda, donde no se le marcaba ni al arco iris.

Ocasiones.

El punto, sin duda, fue celebrado por el equipo blanquiverde. Aguantaron bien atrás durante todo el partido, pero a cambio los de Alcaraz no llegaron a disparar nunca entre los tres palos. El balón casi siempre fue del Cádiz. Las jugadas nacían bien desde las bandas, sobre todo por la de Enrique y Cristian en toda la primera mitad. Pero faltó definir, una vez más. Raúl Navas fue Santo y se ganó el cielo cordobés. Primero paró un buen disparo de Erice, y luego supo salir providencialmente ante un Ormazábal que, sin embargo, no tuvo ayer uno de sus mejores días. La jugada más clara de gol llegó tras una asistencia de Caballero, nada más reanudarse el partido, que cabeceó Toedtli. Cuando todo el estadio cantaba el tanto, el meta gaditano sacó la mano milagrosamente.

Caballero y Ormazábal firmaron dos ocasiones más, pero el balón no quiso entrar. Al final, reparto de puntos y alarma en Cádiz, donde todavía no se ha ganado un partido pese a jugar bien.