Empate de mérito y curro

Las caras de los futbolistas de Campos hablaban por ellos a la conclusión del choque en Anoeta: eran rostros exhaustos, reflejo de cuerpos a los que nos les quedaba ni un gramo de fuerza. Cuerpos, seguro, con moratones y cicatrices de guerra. Vamos, lo normal, lo que uno se espera cuando viaja a San Sebastián y también lo que uno espera de un equipo como el Murcia, que en esta fase de horno en la que se encuentra debe tirar de casta hasta que llegue el juego. Y eso es lo que hicieron los chicos de Campos. Un partido bravo, 'macho', de dar y recibir, un partido con el que borrar la mala imagen del estreno y con el que las ilusiones de ver a un Murcia combativo y complicado para cualquier equipo de la categoría, se vuelven a recuperar. La victoria perseguida no se dio, pero la regeneración es un hecho después de esta campaña norteña que se ha marcado en los últimos días el equipo grana en Soria y Anoeta.

Fue al final empate, que bien pudo ser triunfo de no haber volado Riesgo mediada la segunda parte tras un disparo envenenado con el exterior de Capdevila. Ahí tuvo el Murcia la victoria, pero también se pudo volver de vacío de no haber acertado Albiol, con Elía fuera de palos, tras un remate donostiarra a bocajarro. Fue empate y en esta ocasión hay que darlo por bueno y hasta por justo. Porque sí, fue mejor el Murcia en la primera mitad, ahí tuvieron el propio Capdevila con un soberbio disparo y Pedro con varias intentonas (se confirma que es el futbolista más en forma de este arranque grana) las más claras oportunidades, pero luego la Real, en la segunda parte, jugando al límite de lo permitido y encomendándose a ese Xavi Prieto que es claramente un jugador de Primera (menos mal que enfrente estaba ese Óscar Sánchez que es algo así como un seguro de vida) empezó a generar mucho peligro. Tanto que el partido que hasta entonces estaba perfectamente controlado, con la Real desactivada en el centro gracias al trabajo defensivo del colectivo grana, gracias en gran medida al trabajo destructor de un Mejía soberbio en la contención (acierto de Campos al jugar así, con tres centrales, con Bea y Sergio apretando en la zaga y con el madrileño junto a Bruno) se volvió alocado.

Estaba para el que marcara. Para el 1-0, pero no se dio. Nadie acertó. Que el Murcia lo hiciera era complicado ya que apenas se generaba fútbol combinativo; que la Real lo lograra también, ya que el fútbol directo es rácano en la elaboración y o tienes a Cristiano o a Messi o todo depende del acierto de los puntas... y ni la Real con ese incordio que es el uruguayo Bueno, ni tampoco con Agirretxe es capaz de llenar el hueco de Cerio, ni el Murcia tiene pegada de noqueador. Con el paso de los minutos los corners y las faltas se convirtieron en las únicas maneras de probar a los porteros, pero ni Elía ni Riesgo tuvieron ni tan siquiera que emplearse a fondo. Pese a esto, pese a seguir con la cuenta a cero en lo que a marcar se refiere, el dueto Natalio-Pedro estuvo batallador, participando mucho en el juego colectivo, dando salida al equipo.

Es un avance y también la demostración de que este Murcia a domicilio va a sacar tajada, y mucha. Los problemas pueden venir jugando como locales... pero eso ya será otra crónica. La de Anoeta se escribió con sangre, con casta y sin gol. El déficit de un Murcia muy mejorado que buscará que a la tercera sea la vencida.