Tensión en Argentina para estar en el Mundial

Argentina vive con intensidad y dramatismo los días previos al decisivo Argentina-Brasil, de la fase de clasificación para el Mundial de Suráfrica. Con sólo dos puntos de colchón en el cuarto puesto, los de Maradona necesitan vencer al líder Brasil. Está en juego la historia y el honor de todo un país, al que la idea de ver peligrar el Mundial le está quitando el sueño. La prensa ha bautizado el choque como 'La batalla de Rosario', que se ha convertido en algo más que un llamativo titular. Es el sentir popular de 40 millones de argentinos, que viven con angustia el choque.

Ayer arrancó la venta de las primeras entradas, 5.000 de 100 a 350 pesos (de 18 a 63 euros). Las de 100 pesos se acabaron en menos de dos horas. En el estadio Gigante de Arroyito se vivieron algunas escenas de tensión. Las autoridades, en previsión de lo que se avecinaba, optó por desplegar un operativo especial de 250 policías. Los agentes se encargaron de velar por el orden en los alrededores del estadio. Ni el frío (es invierno en Argentina), ni la lluvia, presente durante toda la jornada, disuadió a nadie. Un varón se desmayó y, por temor a perder su sitio, se negó a recibir asistencia.

Ante tanta tensión, las palabras de Maradona, se esperaban como un bálsamo. "Si ganamos a Brasil, vamos al Mundial", sentenció. Las de Leo Messi también se esperaban con impaciencia: "Sabemos lo que nos jugamos. Esperemos que sea un gran partido de Argentina y mío también". El delantero del Barça se mostró más motivado si cabe. Jugará con la albiceleste por vez primera en su ciudad natal, donde los hinchas lucen a cientos la camiseta del ídolo local.

El espíritu de 1990.

Maradona apelará al espíritu de 1990, cuando Argentina ganó a Brasil en los cuartos de final en el Mundial de Italia. Con Dunga enfrente en el campo, fue la única vez que Maradona le ganó a Brasil como jugador. Ahora, Maradona se escuda en tres de sus guerrilleros, Messi, Agüero y Tévez, pero deberá hacer frente a las bajas. Con Diego Milito, Burdisso, Verón y Battaglia, tocados, Maradona, ha recurrido a viejos rockeros como Palermo.

La selección vuelve a Rosario, donde no juega desde 1995. Ha sido a petición de los jugadores, que se quejaban de que en el Monumental de River los aficionados estaban lejos de la cancha. Mientras, miles de hinchas permanecen atrincherados en el estadio ya que la venta de las entradas más baratas, 16.000 de 30 a 50 pesos (5,5 a 9 euros), empieza mañana. Allí permanecerán hasta entonces. Otro dato alentador: Argentina lleva 41 partidos sin perder en casa.