Wenger recibe disculpas públicas de los árbitros

Igual que OJ Simpson acentuó, en el juicio por el asesinato de su ex esposa Nicole Brown, el hecho de que un guante encontrado en el lugar del incidente no le encajaba, lo que posiblemente le sirvió para ser exculpado, Wenger fue de lo más teatrero cuando fue expulsado injustamente en los últimos segundos del encuentro ante el Manchester United: buscó un lugar donde sentarse y acabó, con los brazos extendidos, subido a una tarima rodeado de aficionados locales que le reían la gracia. Y, tras el partido, insistió en lo absurdo de la expulsión: "Igual es que no le gustó cómo golpeé el bidón. Me salió un muy buen disparo".

El jefe de los árbitros ingleses, Keith Hackett, enviará una carta pública disculpándose por la expulsión: "Lee Probert no manejó bien la situación, debió de haber ignorado el incidente". El enfado de Wenger no fue solo por el gol de Van Persie que no subió al marcador, sino por el hecho de que el equipo de Ferguson no recibiera el castigo merecido al "antifútbol" que según el francés practicó su rival. El Arsenal, que tocó y tocó, recibió seis tarjetas amarillas, por tres del Manchester. "Hay futbolistas que comenten faltas a propósito y no se les castiga. Uno del Manchester juega a dar patadas: eso es más antifútbol". Además, preparándose para el castigo de dos partidos que podría recibir Eduardo, advierte que "la UEFA tendría que revisar la Supercopa porque a Messi se le pasó un cabezazo que merecía la roja".