Liga BBVA | Real Madrid
Cristiano Ronaldo es el maestro de la 'folha seca'
Ya ha tirado ocho faltas en el Madrid con suerte diversa (la última propició el gol de Benzema). Mientras Cristiano afina la puntería los porteros tiemblan imaginando esos misiles con el efecto de 'folha seca' que pueden incluso botar justo antes de llegar a sus manos. Un espectáculo.
Cristiano Ronaldo ha depurado la técnica de la folha seca hasta el punto de mandar auténticos misiles a los porteros que pueden llegar a los 110 km/h de velocidad. Los alcanzó el balón en el gol que marcó al Oporto en la pasada Champions, por lo que fue bautizado por el Daily Mail como The Rocket Man (El hombre cohete) y por L'Equipe como La Foudre Ronaldo (El rayo Ronaldo). En el segundo libre directo ante la Real (que acabó en gol de Benzema), el balón alcanzó los 98 kilómetros por hora y además botó justo delante del portero, para hacer su tarea más difícil: otra de las virtudes que consigue con el efecto de folha seca.
El término folha seca comenzó a utilizarse con Didí, brasileño que llegó a jugar en el Madrid en la 59/60. "Tenía el tobillo lesionado y empecé a cambiar la manera del golpeo para que no me molestase. El balón caía como un diablo", llegó a decir para explicar el efecto que hacía que la pelota descendiera con una trayectoria imprevisible, como desciende caprichosamente una hoja seca de un árbol (folha seca).
Roberto Carlos.
Los brasileños han interpretado a lo largo de los años esta suerte como nadie. Roberto Carlos llevó este efecto a su máxima expresión con el gol que le marcó a Francia en París en la Copa de las Confederaciones (elegida jugada del año de entre todos los deportes por la CNN). Con Cristiano, el Madrid tiene en él a un digno sucesor.
De momento, el crack portugués va afinando la puntería en el Madrid. En los siete partidos de pretemporada ha lanzado ocho faltas (pueden verlas en la página siguiente), y sólo las dos últimas (ambas ante la Real) fueron a puerta. Todas las demás acabaron en el limbo excepto dos que se estrellaron en la barrera, pero el ¡uy! está asegurado en la grada por lo espectacular del golpeo.